Un estudio afirma que cada año se producen más de un millón de muertes de seres humanos en todo el mundo debido al aire contaminado, y a la la exposición a corto plazo -horas a días- de partículas finas (PM 2,5) en el aire, más de la mitad de ellas en Asia oriental.
Así se recoge en un estudio liderado por la Universidad de Monash (Australia) y publicado este miércoles en la revista ‘The Lancet Planetary Health’.
Hasta ahora, la mayoría de los estudios se han centrado en los impactos en la salud de vivir en ciudades donde los niveles de contaminación son consistentemente altos, ignorando los frecuentes ‘picos’ contaminantes que pueden afectar áreas urbanas más pequeñas y que ocurren, por ejemplo, con incendios paisajísticos, polvo y otras emisiones extremas intermitentes de aire contaminado.
Los autores analizaron los niveles de mortalidad y contaminación de PM2,5 en más de 13.000 ciudades y pueblos de todo el mundo durante dos décadas hasta 2019. Es el primer estudio que analiza la exposición de aire contaminado a corto plazo en el ámbito mundial, en lugar de impactos a largo plazo de la exposición persistente, como ocurre con las personas que viven en ciudades con altos niveles de polución.
Los investigadores descubrieron que respirar PM 2,5 incluso durante unas pocas horas, y hasta unos pocos días, provoca más de un millón de muertes prematuras en todo el mundo cada año, particularmente en Asia (65,2%) y África (17,0%), y más de una quinta parte (22,7%) de ocurrieron en zonas urbanas.
PRIMER ESTUDIO
Los efectos a corto plazo sobre la salud derivados de la exposición a la contaminación del aire están bien documentados, “como los megaincendios en Australia durante el llamado ‘Verano Negro’ de 2019-20, que se estima que provocaron 429 muertes prematuras relacionadas y 3.230 ingresos hospitalarios por la exposición aguda y persistente a niveles extremadamente altos de contaminación del aire relacionada con los incendios forestales”, según Yuming Guo, de la Universidad de Monash.
«Pero este es el primer estudio que mapea los impactos globales de estos breves periodos de exposición a la contaminación del aire», apunta Guo.
Los autores añaden que, debido a la alta densidad de población en las áreas urbanas junto con los altos niveles de contaminación del aire, “comprender la carga de mortalidad asociada con la exposición a corto plazo a PM 2,5 en dichas áreas es crucial para mitigar los efectos negativos de la contaminación del aire en las zonas urbanas. población».
La carga de mortalidad fue mayor en áreas pobladas y altamente contaminadas en Asia oriental, Asia meridional y África occidental.
Los investigadores recomiendan poner en marcha intervenciones específicas allá donde la salud se vea más afectada por la contaminación atmosférica aguda, como sistemas de alerta de contaminación del aire y planes de evacuación comunitaria, con el fin de evitar la exposición transitoria a altas concentraciones de PM 2,5 y mitigar sus graves daños a la salud.