(dpa) – El coronavirus cambió nuestra forma de comunicarnos. Dado que los contactos personales son cada vez más difíciles, se apela cada vez más a lo digital.
Si bien las videollamadas funcionan sin intermediarios, muestran quién está del otro lado e interpelan varios sentidos, no siempre son la mejor forma de mantenerse en contacto, según un estudio realizado en base a varias encuestas online durante el primer cierre en 2020 debido a la pandemia.
La directora del estudio, Nicole Krämer, profesora de Psicología Social en la Universidad de Duisburgo-Essen, en Alemania, explicó en entrevista con dpa cómo mantenernos cerca a pesar de la distancia en medio de la pandemia.
dpa: Sra. Krämer, ¿cuáles son las formas más efectivas para mantenernos en contacto con nuestros seres queridos de forma digital en tiempos de pandemia?
Nicole Krämer: Descubrimos que enviar pequeños mensajes a través de messenger -pueden ser textos o videos- ayuda más a mantener el contacto que las videoconferencias. Esto es llamativo ya que, en teoría, uno tendería a creer en cuanto al contacto digital que cuanto más cerca de la comunicación cara a cara, mejor. Al fin y al cabo, las videollamadas permiten transmitir emociones. Pero nuestras investigaciones demostraron que esto no siempre ayuda. Un mensaje de texto rápido puede generar también la sensación de que «hay otros cerca de mí».
dpa: ¿Por qué no es más fuerte esta sensación con las videollamadas?
Krämer: Por un lado, se necesita más tiempo y esfuerzo para planificarlas y, por tanto, es más raro lograr reunir a la gente para una videollamada. Y por otra parte, la realidad es que es importante tener la sensación de que «hay otras personas que están conectadas conmigo». Y para tener esa sensación, no hace falta fijar una videoconferencia a las ocho de la noche. Es suficiente con saber de alguien dos veces al día. De esta forma, sabes que hay alguien con quien puedes contar. La videollamada ofrece por supuesto algo similar.
dpa: ¿Y la llamada telefónica clásica?
Krämer: No creo que haya ninguna diferencia entre la videotelefonía y las llamadas telefónicas basadas únicamente en la voz. Otros estudios también ya demostraron que poder ver a la gente no aporta ningún efecto adicional.
dpa: ¿Qué puede aportar realmente a nuestro bienestar la comunicación a distancia y dónde están los límites?
Krämer: En realidad, a través de pequeños mensajes se puede señalar muy bien: «Estoy aquí para ti, estoy pensando en ti». Por supuesto, no es tan cercano como sentarnos juntos a una mesa y compartir una cerveza, por ejemplo. Pero sí genera ese sentimiento de «formo parte de una red, tengo amigos, soy importante para los demás y los demás son importantes para mí». Lo que falla son algunas cosas que podemos obtener de una velada como esa: abrazarse con el otro, invocar la amistad en común… a ese nivel no funciona y no hay videollamada que pueda reemplazar eso.
dpa: ¿Los distintos canales de comunicación digital nos facilitan el cumplimiento de las estrictas medidas para combatir el coronavirus?
Krämer: Con el estudio también quisimos averiguar hasta qué punto la gente consigue cumplir con las medidas, más allá del tipo de comunicación digital que utilice. Al fin y al cabo, queremos que la gente soporte el tener que estar sola en casa. Y al parecer, los mensajes son más útiles que las videollamadas para lograr que las personas respeten las medidas. Eso puede deberse, por ejemplo, a que se echa más de menos cuando se usan estos canales audiovisuales. Al ver al otro, puede que se refuerce la sensación de «quiero salir».
dpa: Después de un año de pandemia, ¿no faltan temas de conversación cuando ya no es posible verse personalmente y apenas se pueden compartir experiencias?
Krämer: No tengo la impresión de que nos estemos quedando sin temas de los que hablar. Se habla constantemente de la pandemia, se habla de la evolución de las cifras. La gente habla de si se vacunaría. Pero como esto puede resultar pesado, podría ser otro motivo por el cual las videollamadas acaban por no ser satisfactorias ni aportar el tipo de cercanía que deseamos. No es así en el caso de los mensajes cortos. A menudo suelen contener breves videos o imágenes en los que la gente trata de reírse de la pandemia y de la situación, y eso al parecer es mejor para levantar el ánimo.
dpa: ¿Cree que el coronavirus cambiará definitivamente la forma en que nos mantenemos en contacto digitalmente?
Krämer: Creo que algo de esto quedará, lo cual es bueno. Te permitirá volver a encontrarte con amigos que viven lejos a través de un videollamado. Las personas mayores aprendieron a usarlas porque les era importante mantener el contacto con los nietos. Esas cosas seguramente se mantendrán. Pero el deseo de volver a verse cara a cara será el mismo que antes de la pandemia. No habrá nadie, a no ser que haya problemas de espacio, que diga: «Qué bonito era entonces. Todos en casa. Mejor quedemos por video en vez de en un café».
Por Josefine Kaukemüller (dpa)