Múnich, 22 sep (dpa) – La Oktoberfest de Múnich suele ser un paraíso para los consumidores de carne, con platos de buey, salchichas y cientos de miles de pollos asados, pero los tiempos cambian y muchos menús incluyen ahora platos veganos.
En la carpa de Schottenhamel, los waffles de patata con ragú de setas y hierbas figuran como veganos; en la carpa del festival Paulaner hay salchicha de curry vegana con salsa picante; en la carpa de Armbrustschützen, el menú incluye un goulash de seitán picante y un estofado bohemio.
Y la propietaria de la parrilla Ochsenbraterei, Antje Haberl, ha traído a la carpa al famoso chef vegano Sebastian Copien especialmente para la tradicional fiesta de la cerveza alemana.
El director de la Oktoberfest, Clemens Baumgärtner, saludó que haya platos sin carne porque, según afirmó, completan la oferta sin modificar el caracter del popular evento. «Seguir el ritmo de los tiempos, pero sin dejarse llevar», dijo.
Lo que hace casi diez años era una excepción en la Oktoberfest, ahora es parte de la norma.
Según el Ministerio de Alimentación y Agricultura de Alemania, el siete por ciento de la población es vegetariano y el uno por ciento se declara vegano. Sobre todo, va en aumento el número de los que reducen el consumo de carne y también recurren a la alimentación vegana o vegetariana, que ya suman un 44 por ciento.
«La demanda de platos vegetarianos no ha dejado de crecer desde hace muchos años, y hace unos años se sumaron las opciones veganas», dice Haberl. En su carpa ofrece hamburguesas y albóndigas veganas a base de legumbres, análogas a las hamburguesas de buey.
La comunidad del «Theresienwiese» («Prado de Teresa» o simplemente «Wiesn»), el predio donde se celebra la fiesta cervecera todos los años, está dividida cuando se trata de la versión vegana de la tradicional salchicha blanca «Weisswurst», disponible en la carpa Hofbräu, entre otros lugares.
Los activistas ambientalistas y los defensores de los derechos de los animales llevan años protestando contra el elevado consumo de carne en la Oktoberfest.
Un grupo también bloqueó la calle cuando se instalaron los anfitriones del festival, en protesta por el sufrimiento de los animales y el daño climático «de la cocina centrada en la carne».
Los activistas exigieron que los propietarios «retiren todos los productos animales de los menús».
El festival está sin embargo muy lejos de eso. Los invitados consumieron casi 435.000 pollos, unos 66.400 patas de cerdo, 125 bueyes y 30 terneros en la edición de 2019, antes de la pandemia, más o menos como siempre.
Además, bebieron unos siete millones de litros de cerveza, lo que debería ser correcto desde el punto de vista vegano. La cerveza no contiene nada animal, al menos según la ley de pureza alemana.
Por Sabine Dobel (dpa)