Berlín, 4 ene (dpa) – «El hogar no es un lugar, el hogar es un sentimiento», escribió el alemán Herbert Grönemeyer hace más de 20 años, pero según una reciente encuesta, muchos alemanes no están de acuerdo con el popular músico.
Para mucha gente la palabra «Heimat» (patria, hogar) suena anticuada, pero desde unos años el término tiene una nueva coyuntura.
El 32 por ciento de los adultos en Alemania afirma que el hogar es aquel donde se ha crecido. El 29 por ciento prefiere la opción «donde vivo actualmente» y el 27 por ciento, «donde viven personas importantes para mí».
El resto no considera adecuada ninguna de estas afirmaciones. Este es el resultado de una encuesta realizada por la consultora de opinión YouGov por encargo de dpa.
Los hombres (37 %) piensan más en el lugar donde crecieron que las mujeres (26 %). Las mujeres (33 %), en cambio, dan más a menudo la respuesta más emocional referida al lugar donde están las personas importantes; entre los hombres, solo lo hace el 21 por ciento.
Cuanto mayor es la edad de los encuestados, más se describe como «hogar» el lugar donde viven actualmente.
Los jóvenes con menos años de vida tienden más que la media hacia el lugar de su infancia y juventud como «hogar». El 35 por ciento de los jóvenes de 18 a 24 años lo entiende así.
También en el este, el 38 por ciento de los consultados, un número de personas superior a la media, afirma que su hogar es el lugar donde crecieron.
En el oeste de Alemania, la cifra es del 30 por ciento. La región occidental, por cierto, está sorprendentemente dividida en tres grupos porque otro 30 por ciento prefiere la definición «el lugar donde vivo actualmente es mi hogar». Y el 28 por ciento elige la opción «donde vive gente importante para mí».
Sobre todo en la antigua República Federal de Alemania, la palabra «Heimat» puede evocar todavía films antiguos, «lederhosen» y «dirndl», la vestimenta tradicional de pantalones de cuero y vestidos y delantales coloridos, asociada típicamente a la región de Baviera.
Durante mucho tiempo después del 68, el espíritu de la época allí era más bien escéptico sobre el concepto supuestamente reaccionario de «Heimat», que parecía cercano a los conceptos como «nación», «patria» y «pueblo» que pesaban sobre la era nazi.
Para millones de personas, sin embargo, el hogar también puede significar familia, amistad, seguridad, el pastel recién horneado de la abuela o el olor de los prados segados.
Es el lugar donde se siente como en casa, donde el corazón late cuando se acerca de nuevo al lugar tras una larga ausencia, donde la gente de ideas afines es amable con uno, donde el festival folclórico se celebra con mucha diversión.
Según el diccionario «Duden», «Heimat» es un «país, parte del país o lugar donde uno (ha) nacido y crecido o donde uno se siente como en casa por residencia permanente». La palabra se utilizaba «a menudo como expresión emotiva de un estrecho apego a una zona concreta».
La palabra estuvo mal vista durante mucho tiempo en ciertos ambientes, a menudo urbanos, salvo quizás cuando el cineasta Edgar Reitz la utilizó en la saga familiar «Heimat». Desde hace años, en tanto, el término ha resurgido con fuerza.
Por Gregor Tholl (dpa)