Berlín, 15 mar (dpa) – El instituto alemán de investigación económica Ifo elevó hoy sus previsiones de crecimiento para Alemania en 2023 y las situó en el 1,7 por ciento, aumentando así un 0,1 por ciento su previsión hecha en diciembre, anunció hoy.
La prestigiosa entidad comunicó además que espera que la tasa de inflación vuelva a «normalizarse» para entonces y sea del 2,2 por ciento.
Para el año en curso, sin embargo, las expectativas son mucho peores, ya que el Ifo sigue calculando una contracción del 0,1 por ciento, tal y como hizo en diciembre. No obstante, explicó que el cambio de tendencia se producirá a lo largo de 2023.
«Tras otra caída del PIB (producto interior bruto) del 0,2 por ciento en el primer trimestre, la economía se recuperará en el curso posterior», declaró el investigador económico del Ifo Timo Wollmershäuser.
«A partir de mediados de año, a más tardar, el aumento de los salarios reales sostendrá la economía nacional», agregó.
La entidad explicó que, aparte de los notables aumentos en los sueldos que se producirán en los convenios colectivos, también debería contribuir a ello el descenso gradual de las tasas de inflación.
«Ya se ha alcanzado el punto álgido de la inflación», comentó Wollmershäuser, quien especificó que espera un valor promedio del 6,2 por ciento en 2023.
Por su parte, el Instituto de Economía Mundial (IfW) situó hoy en 0,5 por ciento su previsión de crecimiento para el producto interior bruto (PIB) de Alemania en 2023 y en un 1,4 por ciento para 2024.
Ambas previsiones suponen un aumento respectivo del 0,2 por ciento y el 0,1 por ciento en relación a los cálculos ofrecidos por la propia entidad en diciembre.
El IfW confía en que, tras un descenso del PIB en el cuarto trimestre de 2022, para principios de 2023 se produzca un aumento moderado del 0,2 por ciento. De confirmarse, se evitaría así la llamada recesión técnica, es decir, un descenso de la producción económica en dos trimestres seguidos.
«La reciente y significativa bajada de los precios del gas solo está suponiendo un estímulo ligero para la economía de este país por el momento», explicó Stefan Kooths, vicepresidente de la organización.
El también director de coyuntura del IfW destacó que, en especial, el presupuesto del Estado se verá aliviado por la bajada, ya que ahora deberá utilizar menos dinero destinado a frenar el precio de la energía.
«Como resultado, la bajada de los precios de importación sustituye ahora al impulso de las subvenciones estatales a la energía, lo que tiene un efecto similar en la economía», explicó.
De acuerdo con los cálculos, sin embargo, el aumento de los precios se mantendrá. Debido a la inflación, se argumenta en el informe, los costes salariales reales están alcanzando mínimos históricos y los igresos públicos están aumentando.
Para el IfW, la inflación no volverá a situarse en torno al dos por ciento hasta 2024. Kooth argumentó que los inminentes aumentos salariales en los convenios colectivos (5 % para 2022, 6 % en 2023) no tendrán probablemente «efectos secundarios» sobre la inflación.