Nueva York, 13 ene (dpa) – La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la ex presidenta chilena Michelle Bachelet, saludó hoy el juicio y la condena en Alemania de un antiguo oficial de inteligencia sirio acusado de crímenes contra la humanidad.
«Es un hito histórico en la búsqueda de la verdad, la justicia y la reparación de las graves violaciones de los derechos humanos perpetradas en Siria durante más de una década», señaló Bachelet en Nueva York.
«El veredicto de hoy debe servir para impulsar todos los esfuerzos para ampliar la red de rendición de cuentas de todos quienes perpetraron los crímenes incalificables que han caracterizado este brutal conflicto», agregó.
«Este es un claro ejemplo de cómo los tribunales nacionales pueden y deben colmar las lagunas en la rendición de cuentas por este tipo de crímenes, dondequiera que se hayan cometido, mediante investigaciones y juicios justos e independientes llevados a cabo en consonancia con las leyes y normas internacionales de derechos humanos», señaló Bachelet.
El ex coronel sirio Anwar R. fue declarado culpable de crímenes contra la humanidad y condenado a cadena perpetua por el Tribunal Regional Superior de Coblenza, en lo que, según los fiscales, es el primer juicio de este tipo en el mundo.
Anwar R. fue juzgado en Alemania en virtud del principio de jurisdicción universal, que permite el enjuiciamiento de posibles crímenes de guerra cometidos por extranjeros en otros Estados.
El hombre fue acusado de crímenes contra la humanidad en 2011 y 2012, en las primeras etapas de la guerra civil en Siria.
«El preso fue condenado a cadena perpetua por asesinato, tortura, privación de libertad agravada, violación y agresión sexual», indicó el tribunal en un comunicado.
Fue condenado por toma de rehenes en dos casos y por abusos sexuales a prisioneros en tres casos, detallaron los jueces.
El histórico juicio comenzó en abril de 2020, con dos acusados en el banquillo. En febrero de 2021, el coacusado más joven fue condenado a cuatro años y medio de prisión por complicidad en un crimen contra la humanidad.
Anwar R., de 58 años, negó durante todo el juicio haber cometido torturas o haber dado instrucciones para que otros las cometieran.
Tras el veredicto en el juicio de Coblenza, la defensa anunció un recurso ante el Tribunal Supremo Federal de Alemania.
Yorck Fratzky, abogado defensor de Anwar R., dijo no estar «satisfecho» con la decisión del juez, argumentando que el acusado había sido condenado en nombre del régimen. «La defensa no vio esta culpa personal», añadió.
Por su parte, el ministro alemán de Justicia, Marco Buschmann, calificó el veredicto de «trabajo pionero» y dijo que espera que también lo hagan los tribunales de otros países.
«Me gustaría que otros estados de Derecho siguieran este ejemplo. Los que han cometido crímenes contra la humanidad no deben encontrar refugio en ningún sitio», sostuvo Buschmann, añadiendo que en las cárceles de tortura del régimen del presidente sirio Assad se han cometido horribles injusticias.
«Responder a esto con el lenguaje del derecho es responsabilidad de toda la comunidad internacional».
Anwar R. fue reconocido por las víctimas de la tortura tras huir a Alemania y fue detenido en Berlín en 2019.
El activista de derechos humanos Omar al-Shughri, que también fue torturado en Siria, declaró a dpa: «El valor simbólico del veredicto es una prueba de cómo el trauma nos impulsa a reconstruir cosas que nunca pensamos que podríamos lograr. Nuestro pasado es un arma contra nuestros enemigos».
Amnistía Internacional calificó la sentencia de «señal importante en la lucha contra la impunidad».
El secretario general de la rama alemana de la organización de derechos humanos, Markus N. Beeko, comentó que la obtención de pruebas en el caso de Anwar R. es una base valiosa para el próximo juicio en virtud del Código Penal Internacional sobre Siria.
Este proceso comenzará el próximo miércoles en el Tribunal Regional Superior de Fráncfort contra un médico sirio. Se le acusa de haber torturado a personas en un hospital militar y en una prisión del servicio de inteligencia militar en Homs (Siria) en 2011 y 2012.