Berlín/Stuttgart, 27 dic (dpa) – El futuro presidente ejecutivo de la empresa alemana Bosch, Stefan Hartung, prevé que los semiconductores sigan escaseando en todo el mundo durante algún tiempo.
«Hay que decirlo claramente: la crisis del chip no ha terminado», dijo Hartung a la revista Focus.
«Todos nosotros, como industria alemana, dependemos en gran medida de que se resuelvan los cuellos de botella en el suministro», enfatizó.
«Cada chip que falte puede significar que no se pueda construir un sistema de dirección y, posteriormente, un coche entero. Eso nos va a costar mucho a lo largo de 2022», pronosticó el directivo. Hartung sustituirá a Volkmar Denner al frente del mayor proveedor de automóviles del mundo a finales de año.
La crisis de los chips también puede amenazar los planes impulsados por el nuevo Gobierno alemán como el objetivo de que unos 15 millones de coches totalmente eléctricos estén circulando por las carreteras del país para 2030.
Esto no podrá lograrse «si no se resuelven pronto los problemas globales de las cadenas de suministro. Y esto no solo se aplica a la industria del automóvil», advirtió Hartung, quien de todos modos se mostró escéptico: «Está por verse si el objetivo se puede alcanzar».
«Esto requiere no solo las materias primas, sino también las baterías y la demanda, que a su vez depende en gran medida de la infraestructura de estaciones de carga».
El ejecutivo recordó que se trata no solo de la producción de automóviles, sino de un cambio social y de una transformación tecnológica en todos los niveles.