París, 2 jun (dpa) – El alemán Alexander Zverev, que el viernes se enfrentará a Rafael Nadal en las semifinales del Abierto de tenis de Francia, ya sabía antes del inicio torneo que el mayor escollo para llevarse el título en París sería el español.
«Hay algo aquí que lo hace jugar un 30 por ciento mejor. Solo por estar aquí, en esta cancha», dijo Zverev sobre los triunfos de Nadal sobre la tierra batida de la pista Philippe Chatrier.
Nadal lleva ganados 13 títulos en Roland Garros, con un balance de 110 victorias y tres derrotas.
«Sale a la pista y de repente su derecha es 20 kilómetros por hora más rápida y además se mueve tan ligero como una pluma», señaló el tenista germano. «No hay mayor tarea que jugar contra Rafa en la pista Philippe Chatrier», agregó.
Este viernes, el campeón olímpico se medirá con el mejor jugador de la historia en tierra batida. Tras superar al nuevo prodigio del tenis, el también español Carlos Alcaraz, en cuartos de final, Zverev se medirá ahora al rey de París. «No será más fácil», dijo el alemán con una sonrisa.
Sin embargo, Zverev se mostró tranquilo y relajado mientras se preparaba para su segunda semifinal consecutiva en París.
El miércoles entrenó durante tres horas en la pista de prácticas Jean Bouin y hoy el programa incluía una sesión más relajada de 90 minutos. El resto es rutina. La misma comida, el mismo juego, la misma gente alrededor.
«Es alguien que necesita mucho sus rutinas», dijo Mischa Zverev, quien comenta los partidos de su hermano para el canal de televisión Eurosport.
Además de la seguridad que le genera esta rutina, también el hecho de no ser el favorito parece sentarle muy bien.
Antes del torneo nadie mencionaba al número tres del mundo a la hora de predecir a los semifinalistas del Abierto de Francia. Se hablaba del regreso a un Grand Slam de Novak Djokovic tras perderse el Abierto de Australia, del todoterreno de 19 años Alcaraz y, por supuesto, de Nadal.
Al fin y al cabo, éste podría ser el último Abierto de Francia para el favorito, como insinuó Nadal en repetidas ocasiones durante el torneo.
El español sufre un dolor crónico en el pie y depende de la ayuda constante de su médico personal. No es imposible que sea Zverev quien acabe con la indescriptible relación de Nadal con París y posiblemente incluso con su carrera. Pero antes debe vencer al número cinco del mundo, de 35 años.
Zverev trata de no pensar mucho en su próximo gran desafío. Ya antes del Abierto de Australia, en enero, se había presionado demasiado. Le pesaba la idea de ganar su primer título de Grand Slam y convertirse en el número uno del mundo. Finalmente, perdió en octavos de final contra el canadiense Denis Shapovalov.
Lo mismo está ahora en juego en París. Una vez más, Zverev puede cumplir su sueño de ganar el primer título de Grand Slam de su carrera, y una vez más el joven de 25 años puede asaltar la cima de la clasificación mundial. Pero a diferencia de Melbourne, esta vez no permite que esta posibilidad eclipse todo lo demás.
«Estoy en una edad y en un punto de mi carrera en el que quiero ganar, en el que debo ganar», resalta. Zverev siente que el próximo gran desafío es más un incentivo que una carga y lo mismo le sucede con el hecho de que es el primer alemán desde Boris Becker en 1991 con posibilidades de convertirse en el número uno del tenis mundial.
Su hermano opina que puede hacer ambas cosas. «Creo que ahora es el momento en que puede hacerlo», dijo Mischa Zverev en una entrevista concedida a la revista «Sports Illustrated».
Por Lars Reinefeld (dpa)