Colonia (Alemania), 20 feb (dpa) – Por primera vez en tres años, volverán a celebrarse hoy los tradicionales desfiles del Lunes de Carnaval en varias ciudades de Alemania.
Si bien en 2021 y 2022 los festejos de Carnaval fueron cancelados a causa de la pandemia del coronavirus, el año pasado más de 250.000 personas se dieron igualmente cita en la ciudad de Colonia, en el oeste de Alemania, para manifestarse en contra del ataque de Rusia a Ucrania.
Este año, la guerra también estará presente en las carrozas que desfilarán por Colonia. Así, se podrá ver al presidente ruso, Vladímir Putin, dándose un beso fraternal con el diablo o como vampiro Nosferatu, que mete al mundo en la picadora de carne.
Asimismo, en Maguncia, otro de los grandes centros del carnaval en el oeste del país, hará varias referencias a la guerra de Ucrania. El lema del desfile es: «En Maguncia, el carnaval es sinónimo de paz, libertad y tolerancia».
En tanto, en Düsseldorf, los motivos de las carrozas se han mantenido en secreto, aunque también allí la guerra de Ucrania estará presente.
«Soy de la opinión de que en los malos tiempos lo que se necesita es precisamente una buena sátira», declaró a dpa Jacques Tilly, cuyas carrozas suelen atraer la atención internacional. El escultor y diseñador adelantó que otro de los temas relevantes en Maguncia será la protección del clima.
En general, los desfiles del Lunes de Carnaval son seguidos por cientos de miles de espectadores a lo largo del recorrido.
Sobre todo en Colonia, donde se celebra la mayor procesión, habrá unos 2.000 policías velando por la seguridad del evento, que este año cumple su 200 aniversario y para celebrarlo cruzará por primera vez el Rin. Hasta ahora, solo se había desplazado por la margen izquierda del río.
El carnaval de Colonia fue durante siglos la encarnación de la indisciplina, pero todo cambió hace 200 años, después de que la ciudad alemana pasara a estar controlada por el conservador Reino de Prusia.
El primer desfile del Lunes de Carnaval, el 10 de febrero de 1823, que fue un intento de «civilizar» una fiesta hasta entonces anárquica.
Desde la Edad Media, el carnaval siempre había sido un «mundo al revés» en el que los pobres y desvalidos disfrutaban durante unos días de la «libertad de los tontos» y podían burlarse de los ricos señores. Pero la subversión tenía un efecto traumático en los burgueses.
Por eso, en el invierno de 1822-23, unos cuantos representantes de la clase alta de Colonia se sentaron para evaluar cómo suavizar el ambiente. Tomaron como modelo el carnaval veneciano, probablemente se inspiraron también en las procesiones triunfales de príncipes y comandantes, así como en la procesión anual del Corpus Christi de la Iglesia católica.
Desde entonces, cada año, los grandes desfiles de carnaval de Colonia, Düsseldorf o Maguncia tienen un lema diferente, que aluden a acontecimientos de la actualidad.