Fráncfort (Alemania), 15 ago (dpa) – El volumen de negocios de las empresas del índice bursátil alemán Dax aumentó un 13,7 por ciento interanual hasta alcanzar casi 450.000 millones de euros (459.000 millones de dólares), según anunció hoy la consultora EY.
De acuerdo con los datos de la entidad, se trató del valor más alto en un segundo trimestre desde el inicio de la evaluación en 2013.
Asimismo, añadió que el beneficio operativo (Ebit) de las 40 empresas que conforman el Dax cayó un 19,3 por ciento interanual hasta algo menos de 39.600 millones de euros. Sin embargo, sigue siendo el segundo valor más alto en el periodo de abril a junio.
Estos resultados se registraron a pesar de los cuellos de botella y las consecuencias económicas de la guerra de Ucrania.
«Los resultados fueron notablemente buenos para la mayoría de las empresas también en el segundo trimestre, especialmente teniendo en cuenta un contexto extremadamente difícil», dijo Henrik Ahlers, presidente del consejo de administración de EY en Alemania.
«Sin embargo, cada vez hay más indicios de que estos récords para las principales empresas alemanas terminarán pronto: cada vez son más las empresas que acusan los elevados precios de la energía y las materias primas y la creciente contención de los consumidores», apuntó.
Según EY, el negocio de las empresas alemanas se vio impulsado sobre todo por el alto crecimiento en Estados Unidos. En América del Norte, el volumen de negocio aumentó un 23 por ciento en total. En esto influyeron los efectos de las divisas, ya que la depreciación del euro, sobre todo frente al dólar, hizo que los ingresos generados en el extranjero aumentaran al convertirlos a la moneda común europea.
Hasta ahora, explicó EY, muchas empresas también consiguieron hacer frente al aumento de los precios de los materiales, la logística y la energía al trasladarlos a los clientes. Además, la demanda en muchos sectores se ha mantenido muy alta pese a la inflación, la subida de los tipos de interés y la creciente preocupación por la economía.
«Sin embargo, si el fuerte aumento de los costes de la energía supone una gran carga para los presupuestos de los consumidores en otoño e invierno, el estado de ánimo podría cambiar rápidamente», señaló Mathieu Meyer, socio de EY.