Berlín, 9 nov (dpa) – El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, instó hoy a la población de Alemania a conmemorar este 9 de noviembre «como un día para reflexionar sobre el país», en una fecha en la que coinciden tres hechos históricos.
Steinmeier señaló durante un acto en el Palacio de Bellevue de Berlín que el 9 de noviembre de 1918 y 1989 recuerdan a los alemanes que la libertad y la democracia no cayeron del cielo y que no están aseguradas para siempre.
Asimismo, recalcó que el 9 de noviembre de 1938 es un recordatorio del crimen de lesa humanidad de la Shoah y que llama a mantenerse atentos y a demostrar valor civil.
El presidente subrayó que la Alemania de hoy no puede entenderse sin las sombras del nacionalsocialismo, el exterminio y la Shoah.
Pero el amor a la libertad y el coraje por la democracia, declaró, también están profundamente arraigados en la historia alemana y fue a partir de estas raíces que la República Federal de Alemania pudo crecer después de 1945.
Este día representa tres fechas decisivas en la historia de Alemania.
El 9 de noviembre de 1918, el socialdemócrata Philipp Scheidemann proclamó la República desde una ventana del edificio del Reichstag en Berlín y la monarquía se convirtió en algo del pasado.
El pogromo del 9 de noviembre de 1938 es considerado como el comienzo de la persecución sistemática de los judíos en Alemania. Cientos de sinagogas y tiendas fueron incendiadas y saqueadas, decenas de miles de judíos humillados y deportados. Los historiadores estiman que más de 1.300 personas murieron como resultado.
El 9 de noviembre de 1989, las revoluciones pacíficas en la extinta República Democrática Alemana (RDA) forzaron la caída del Muro de Berlín, que dio lugar a la reunificación alemana.
«Soportar esta ambivalencia, llevar luces y sombras, alegrías y penas en el corazón, eso forma parte de ser alemán», dijo Steinmeier.
El mandatario sostuvo que el camino es aceptar ambas cosas, la vergüenza y el dolor por las víctimas y el respeto y el aprecio por los pioneros de la democracia.
«Ese es el núcleo de un patriotismo ilustrado. En lugar de trombones y trompetas, un patriotismo de tonos suaves. En lugar de triunfo y seguridad en sí mismo, un patriotismo con sentimientos encontrados», expresó Steinmeier.
También asistieron al acto oficial los líderes de los otros cuatro órganos constitucionales de Alemania: la canciller en funciones, Angela Merkel, los presidentes del Bundestag (Cámara baja), Bärbel Bas, y el Bundesrat (Cámara alta), Bodo Ramelow, y el presidente del Tribunal Constitucional Federal, Stephan Harbarth.
En tanto, el presidente alemán guió al escenario a Margot Friedländer, sobreviviente del Holocausto que cumplió recientemente 100 años, a quien calificó de una «bendición» para el país.
Su descripción de la mañana siguiente a la noche del pogromo en Berlín en 1938 fue muy angustiosa. Friedländer recordó que le había llamado la atención que la calle estuviese inusualmente despoblada, ya que solo había «hombres con los odiados uniformes marrones», de pie, en pequeños grupos, frente a las tiendas judías destruidas.
«Todo lo que la tienda ofrecía, ahora estaba en la calle, y todos podían servirse mientras los ‘de marrón’ miraban divertidos. (…) Oí crujir bajo mis zapatos. Había pisado un cristal, el de las tiendas judías que ya no existían», relató.
Friedländer recordó el miedo, la impotencia y el desamparo que sintió y dijo con voz entrecortada: «Sabíamos que esto era el principio de algo mucho peor que estaba por venir».
El sentimiento de impotencia también lo experimentó el ex activista de los derechos civiles de la extinta República Democrática Alemana Roland Jahn cuando fue expatriado a la fuerza por el régimen en 1983.
Jahn, quien luego fue encargado de los archivos de la Stasi, la policía política de la RDA, aseguró que la caída del Muro fue una «señal para el mundo» que podía infundir valor a la gente.
«La dictadura puede ser superada, esta es la señal de esperanza desde Alemania hacia Bielorrusia, China o Cuba», declaró.