Fráncfort/Berlín (dpa) – La negociación colectiva en 2022 se anuncia especialmente dura en Alemania dado que las empresas quieren compensar cuanto antes las pérdidas por la pandemia y los trabajadores temen que el aumento de la inflación disminuya su poder adquistivo.
El próximo año la negociación colectiva abarcará a unos diez millones de empleados, frente a los 12 millones de 2021, según el Instituto de Ciencias Económicas y Sociales (WSI).
La pandemia ha provocado importantes descensos de negocio en algunos sectores como la restauración y el turismo, mientras que en los demás sectores económicos los sindicatos se centran principalmente en asegurar los puestos de trabajo existentes.
En 2021, la evolución de los salarios acordados de manera colectiva prácticamente se derrumbó. En el tercer trimestre del año, la Oficina Federal de Estadística registró el menor incremento interanual (0,9%), desde 2010. Un año antes, los salarios habían subido un 4,2 por ciento interanual.
Al mismo tiempo, los aumentos salariales están siendo devorados por la creciente inflación registrada en el país. Ya en 2020, los salarios reales disminuyeron por primera vez en muchos años.
En noviembre de este año, los bienes y servicios fueron un 5,2 por ciento más caros que un año antes.
Se trata de la tasa de inflación más alta en casi 30 años, debido a la subida de los precios de la energía, la introducción del impuesto al dióxido de carbono (CO2) a principios de 2021, la escasez de suministros y los cuellos de botella que generan, así como la aplicación de tipos del impuesto al valor añadido (IVA) habituales tras la reducción de los mismos en 2020.
Debido a todo ello, los sindicatos están presionados para amortiguar la repercusión de todo ello en los bolsillos de los trabajadores.
Además de la política monetaria, la evolución de los salarios también influye en la inflación, señalan los expertos. Si los precios al consumo y los sueldos se disparan, la inflación podría afianzarse en un nivel elevado.
Sin embargo, los economistas del banco alemán Commerzbank prevén que los salarios aumenten en 2022 más lentamente que antes de la pandemia. Según sus estimaciones, ni siquiera el aumento previsto del salario mínimo legal a 12 euros la hora será suficiente para poner en marcha una espiral de precios salariales en 2022.
El primer «peso pesado» del año de negociación colectiva es el IG BCE, que luchará por unos 580.000 trabajadores del sector químico y farmacéutico alemán a partir de marzo. «No hay duda de que al final tiene que haber un aumento salarial por encima de la tasa de inflación», declaró el vicepresidente del sindicato, Ralf Sikorski.
Por su parte, el sindicato del sector de industria alimentaria y la restauración (NGG) quiere conseguir un aumento en los sueldos de hasta un 6,5 por ciento.
«Por supuesto, los trabajadores esperan ahora que vuelva a haber un aumento adecuado y que no se produzca una pérdida de salarios reales», dijo recientemente Jörg Hofmann, presidente del sindicato más poderoso de Alemania, IG Metall.
A partir de septiembre de 2022, el IG Metall negociará los ingresos y las condiciones de trabajo de unos 3,8 millones de trabajadores de la industria metalúrgica y eléctrica, y al mismo tiempo deberá supervisar y dar forma a la rápida reestructuración de sus sectores más importantes, la automoción y la ingeniería mecánica.
Por Christian Ebner (dpa)