(dpa) – Matthias Ginter vuela hacia atrás como si hubiese recibido un fuertísimo golpe de boxeo. Aturdido, el jugador de la selección alemana de fútbol queda tendido en el campo tras un potente disparo de Leroy Sané, del Bayern Múnich, y debe ser atendido por los médicos.
La escena de la victoria por 3-2 del Borussia Mönchengladbach a principios de este año demuestra qué fuerzas actúan cuando el balón golpea la cabeza.
El comentarista inglés de la Bundesliga elogia a Ginter por su «valiente defensa», mientras que el ex internacional alemán y ahora experto de la televisión Sandro Wagner bromea al asegurar que Ginter tiene ahora «un par de neuronas menos».
Pero más allá de esos comentarios casuales y de que antes el tema era subestimado por la opinión pública, hoy en día ha crecido la conciencia del riesgo de una lesión en la cabeza durante la práctica del fútbol.
Por eso, en el Mundial de Clubes de la FIFA en Catar entró en vigencia una innovación: Cada equipo que participa en una competencia internacional dispone de una sustitución de jugador adicional si alguno de sus futbolistas sufre una conmoción cerebral o se sospecha que podría haberla sufrido.
Síntomas y frecuencia de conmociones cerebrales en el fútbol
«Un procedimiento sensato», evalúa Nina Feddermann-Demont, directora del Centro Suizo de Conmociones Cerebrales de la Clínica Schulthess de Zúrich. «Una sustitución permanente es la solución más segura para el jugador afectado porque una conmoción cerebral es una lesión dinámica», afirma.
Frecuentemente, los síntomas solo aparecen luego de pasado cierto tiempo. «Esto es lo que hace que el diagnóstico al borde del campo de juego sea tan difícil», advierte Feddermann-Demont.
En general, según las investigaciones, en más de uno de cada 20 partidos internacionales un jugador sufre una conmoción cerebral.
«Sin embargo, en el fútbol se producen claramente menos conmociones cerebrales que en otros deportes de contacto como el fútbol americano, el rugby o el hockey sobre hielo», según la experta de la clínica suiza.
Otra posibilidades de sustitución
La médica especialista en neurología participó en las deliberaciones del International Football Association Board (IFAB), tras las cuales se decidió iniciar esta fase de prueba con la opción de una o dos sustituciones adicionales.
La Premier League inglesa anunció recientemente que quiere introducir a prueba dos posibilidades de sustitución adicionales para casos de posibles lesiones en la cabeza.
Aún no está definido si también se pondrá a prueba esta opción en la Bundesliga. En la Liga Alemana de Fútbol, la comisión de fútbol debatirá el tema con representantes de los clubes, según la información a la que accedió la Agencia Alemana de Prensa (dpa).
A diferencia de la Premier League inglesa, desde la irrupción de la pandemia de coronavirus en la Bundesliga se permiten cinco en vez de las tres sustituciones reglamentarias en cada partido de fútbol.
Desde la temporada 2019/20, en las dos principales ligas de fútbol de Alemania se llevan a cabo, antes del inicio de la temporada, test neurológicos denominados Baseline Screening para determinar una posible irregularidad en el estado de salud normal en caso de sufrir lesiones agudas.
Esta base ayuda a decidir si es necesario reemplazar al jugador.
Según Ingo Helmich, neurocientífico de la Escuela Superior de Deportes de la ciudad alemana de Colonia, esto debería ser resuelto por médicos independientes.
«Ellos podrían decidir, independientemente del equipo, el técnico y el marcador, si un jugador debe ser revisado con mayor detenimiento y sustituido tras sufrir una eventual conmoción cerebral», señala el experto. Este modelo ya fue introducido en 2013 en la Liga Nacional de Fútbol norteamericana (NFL).
La neuróloga Feddermann-Demont aboga en tanto por mejorar la formación de los médicos de los clubes en el tratamiento de traumas craneales y ceder a ellos la decisión sobre una posible sustitución del futbolista.
«El problema de los médicos independientes es que no conocen la historia médica del jugador y sus posibles síntomas preexistentes, como por ejemplo las migrañas», precisa.
La médica alerta que a esto se debe añadir los diversos idiomas que se suelen hablar dentro de un mismo club de fútbol. «El punto de partida en el fútbol es diferente de, por ejemplo, otros deportes como el rugby o el fútbol americano, que son populares en el mundo anglosajón», aclara.
Demencia en campeones del mundo y los efectos de cabecear en los niños
En Inglaterra se debate especialmente sobre las posibles consecuencias a largo plazo que podría producir la práctica del fútbol.
La esposa de Bobby Charlton anunció el año pasado públicamente que su marido padece demencia y se convirtió así en el quinto jugador de la selección campeona del mundo en 1966 en ser diagnosticado de esa enfermedad.
Un estudio de la Universidad de Glasgow arrojó en 2019 que ex jugadores profesionales corren un riesgo elevado de morir a causa de la demencia o el mal de Parkinson.
Aunque no se pudo establecer una relación directa de las enfermedades con el cabeceo, las federaciones de Inglaterra, Escocia e Irlanda del Norte decidieron prohibir los cabeceos en el entrenamiento de los niños menores de 11 años.
Como esta causalidad no ha podido ser comprobada aún, el médico de las selecciones alemanas y el jefe de la comisión médica de la Federación Alemana de Fútbol (DFB), Tim Meyer, aconsejó tener cuidado al interpretar el estudio de Glasgow. Meyer sostuvo que la decisión de prohibir cabecear a los niños «no es sensata».
La experta Feddermann-Demont, por su parte, destca una investigación en la que se constató que el 82 por ciento de las conmociones cerebrales que padecen los niños se produce como resultado del contacto con otro jugador durante un duelo por el balón o una colisión.
«En cerca de dos tercios de las conmociones cerebrales, el jugador fue golpeado en la parte posterior de la cabeza. Por eso, una prohibición del juego con la cabeza no disminuirá obligatoriamente la frecuencia de las conmociones cerebrales», sostiene la neuróloga.
En Alemania se desarrolla actualmente un proyecto de tres años para investigar las consecuencias a largo plazo en la salud de ex futbolistas.
Una de las conmociones cerebrales más estremecedoras la sufrió Christoph Kramer en la final del Mundial de fútbol de Brasil 2014. Incluso hoy dice que no puede recordar todo lo que rodeó su colisión y posterior sustitución en la victoria de 1-0 sobre Argentina.
«Probablemente no vuelva, pero tengo las escenas más importantes en memoria», asegura el jugador del Borussia Mönchengladbach.
Esta temporada Mark Uth del Schalke y Robin Hack del Núremberg estuvieron de baja a causa de sendas conmociones cerebrales agudas.
En cambio, Matthias Ginter tuvo suerte. Luego de ser revisado fue autorizado a regresar al campo de juego para enfrentar al Bayern Múnich. Al día siguiente, el jugador de 27 años difundió una fotografía con su hijo con la leyenda: «La cabeza también está bien otra vez».
Por Florian Lütticke (dpa)