Berlín, 5 mar (dpa) – Desde hace aproximadamente un año, con el comienzo de la guerra en Ucrania y la elevada inflación, se agudizó la pobreza alimentaria en Alemania, sobre todo en los niños, señala la organización de ayuda infantil «Die Arche» (El Arca) de Berlín.
«Estamos viendo a personas que pasan hambre», dijo Wolfgang Büscher, portavoz de la asociación con servicios gratuitos para niños de entornos socialmente desfavorecidos. Agregó que en Berlín la situación es «extrema», pero que el problema también existe en las otras 30 instalaciones de «Die Arche» en Alemania.
La fila que se forma para la distribución de alimentos en una de las sedes en el barrio de Berlín-Hellersdorf es muy, muy larga. Según Büscher, la última vez fueron 650 familias y para la próxima se inscribieron mil.
Büscher afirma que hay niños que van al colegio sin desayunar y llegan hambrientos a las sedes de la organización, o que hay madres que renuncian a comer para que sus hijos tengan una buena cena.
El aumento de los precios de los alimentos básicos, como el pan, la harina y el aceite complicaron mucho la situación alimentaria. «Las familias ya están comprando lo más barato de lo barato. Y aun así no es suficiente», comenta. Y subraya que no se refiere solo a las personas con raíces extranjeras.
Desde hace varias décadas la alimentación sana es un problema para muchas organizaciones en Alemania y actualmente, debido al aumento de los precios, las personas con bajos ingresos tienen aún más dificultades para seguir una dieta equilibrada.
Cuando el precio es el factor decisivo y además la gente está estresada, los expertos afirman que existe el riesgo de alimentarse más con productos azucarados, salados y grasos.
Con motivo de celebrarse el Día de la Alimentación Saludable, el 7 de marzo, científicos y expertos de diversas organizaciones alemanas ven señales de alarma y destacan cómo debería ser idealmente una dieta.
La Sociedad Alemana de Nutrición (DGE) recomienda llevar una dieta variada, es decir, no comer lo mismo todos los días. Según las diez reglas de nutrición de la DGE, hay que comer fruta y verdura a diario: al menos cinco raciones.
Además, recomiendan comer a diario pan integral y productos lácteos y resaltan que las grasas vegetales son más saludables que las animales. Por otra parte, indican que es suficiente comer carne y pescado una o dos veces por semana, y en porciones moderadas. También hay que cuidarse con la ingesta de azúcar y la sal.
En opinión de Hans Hauner, director del Centro de Medicina Nutricional Else Kröner-Fresenius (EKFZ), de la Universidad Técnica de Múnich, la inflación empeoró «con seguridad» sobre todo la situación nutricional de las familias con pocos recursos. Y es probable que el grupo afectado haya aumentado desde el inicio de la guerra, agregó.
Hauner ve indicios de un empeoramiento de la situación en los informes sobre el descenso de la compra de fruta y verdura, así como de alimentos ecológicos. Además, se registró un fuerte aumento en el número de personas que acuden a los comedores públicos.
Según el director del EKFZ, la pandemia del coronavirus agravó aún más las desigualdades sanitarias en Alemania. La falta de ejercicio y el aumento de peso no fueron fenómenos pasajeros en todos los grupos. En algunos casos, las tendencias negativas se afianzaron, por ejemplo entre los niños de familias con bajos ingresos y los menores que ya tenían sobrepeso. Esto continuará siendo una amenaza en la crisis actual.
Por su parte, el Instituto Robert Koch (RKI), el ente gubernamental responsable del control y prevención de enfermedades, estima que la influencia de la pandemia en el comportamiento nutricional de niños y adolescentes ha sido escasa e incluso ve efectos positivos en algunos casos. Por ejemplo, en el hecho de que se haya cocinado más en casa.
Sin embargo, las encuestas revelan que en los hogares con bajos ingresos, los niños y adolescentes recurren claramente menos a las comidas que ofrecen las escuelas, comen menos fruta y beben más a menudo refrescos azucarados.
En tanto, Lena Volk, del Instituto de Comportamiento Nutricional del Instituto Max Rubner (MRI), indicó que no se sabe cuántas personas en Alemania están afectadas por la llamada pobreza alimentaria debido a la falta de encuestas sistemáticas.
Los afectados suelen ser personas desocupadas, familias monoparentales, familias con más de dos hijos, personas poco cualificadas o con raíces extranjeras. Según apunta Volk, se trata en general de personas expuestas al riesgo de pobreza.
Sin embargo, que la gente pueda comer sano no es solo cuestión de dinero. «El nivel de educación y los conocimientos sobre nutrición sana son más importantes que la situación financiera», destaca Volk.
Por Gisela Gross (dpa)