El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha participado en la inauguración de la III Escuela de verano Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno, en el marco de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, donde ha señalado que España afronta la segunda década del siglo XXI con un sector agroalimentario «dinámico y competitivo», que contribuirá de manera decisiva a superar retos como la lucha contra el cambio climático, la preservación del medio ambiente y la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible.
Precisamente, el ministro ha indicado que la PAC post 2020 refleja la ambición de Europa de liderar la protección medioambiental y la lucha contra el cambio climático, propiciando un sector agrícola inteligente, sostenible y competitivo.
Al mismo tiempo, el ministro ha asegurado que a través de una agricultura sostenible se puede lograr alimentar a una población creciente, produciendo más alimentos y consumiendo menos recursos naturales.
Por lo tanto, Planas entiende que la agricultura debe ser un sujeto activo en la lucha contra el cambio climático, la preservación del medio ambiente y en conseguir una sociedad más justa e igualitaria. Para el ministro, «la agricultura se perfila como una necesaria impulsora de la sostenibilidad», a través de una producción con menos emisiones, optimizando el uso de recursos y garantizando la viabilidad económica y social de nuestros sistemas agrarios.
Creación de conocimiento
Para hacer frente a estos desafíos, Planas ha subrayado la necesidad de crear nuevos conocimientos científicos, basados en la investigación, la innovación y el uso de nuevas tecnologías, que mejoren la competitividad y la sostenibilidad del sistema agroalimentario.
Así, el ministro ha mostrado la conveniencia de impulsar una mayor coordinación con los agentes implicados en proyectos de investigación en el ámbito agrario, tanto en el Horizonte 2020 como en el Plan Nacional de Investigación.
Asimismo, «la innovación será una de las prioridades en las políticas agrarias», una innovación que, en opinión del ministro, debe ir acompañada de formación a los agricultores y ganaderos.
Y en materia de sostenibilidad ambiental, se trabajará en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de fuentes agrarias y la incentivación de las prácticas orientadas al ahorro de agua, con especial atención a la modernización de los regadíos. También se impulsarán prácticas para proteger el suelo agrícola, su conservación y mejora, y se trabajará para salvaguardar la biodiversidad y el paisaje, como principal recurso intangible del entorno rural y uno de los principales ingredientes del turismo rural.
En este contexto, Luis Planas ha hecho hincapié en la digitalización y el uso de las nuevas tecnologías como elementos clave para impulsar el desarrollo rural y favorecer el tránsito a una agricultura más inteligente, tecnificada, productiva, rentable y sostenible.
Según ha recalcado, el Ministerio reforzará el apoyo a la innovación a través del Programa Nacional de Desarrollo Rural. Además, se trabajará en una estrategia de digitalización para el sector agroalimentario, forestal y el medio rural, y la creación de oficinas de transformación digital.
Planas ha señalado a los pequeños agricultores, los jóvenes y las mujeres como otro de los ejes de las políticas agrarias del Ministerio en materia de sostenibilidad ambiental.
Iniciativas en marcha
Para favorecer la transición hacia una nueva manera de producir más sostenible, el ministro se ha referido al proyecto INFOADAPTA AGRI, a iniciativa de la Unión de Pequeños Agricultores y financiado por la Fundación Biodiversidad. Se trata de una iniciativa para informar, comunicar y capacitar a los agricultores y ganaderos sobre medidas de adaptación al cambio climático.
Otra iniciativa en la que España tiene un papel muy activo es el proyecto «4X1000, los suelos para la seguridad alimentaria y el clima», para demostrar que la incorporación sostenida anual de carbono en los suelos agrícolas de un 0,4% en los primeros 30-40 centímetros del suelo es crucial para mejorar su fertilidad y producción agrícola, y permitirá compensar las emisiones de CO2 de la actividad humana. Hasta la fecha, casi 150 entidades de más de 30 países se han adherido a esta iniciativa.