La Guardia Civil ha detectado un fraude alimentario que afectaba a más de 18.400 botellas de vino comercializadas bajo la denominación de origen de Málaga, cuando en realidad la uva usada procedía de La Rioja.
Según informó este martes el Instituto Armado, en la llamada ‘Operación Utrem’ se investiga a tres personas como responsables de un fraude económico superior a los 227.000 euros. Se les atribuyen delitos contra la propiedad industrial, falsedad documental, relativa al mercado y a los consumidores y estafa.
Los encausados se servían de un entramado mercantil que comercializaba vino de baja calidad desde La Rioja como vino de calidad superior procedente de una zona con una reconocida denominación de origen protegida malagueña, en concreto de Málaga, Sierra de Málaga y Pasas de Málaga.
Una denuncia de un representante de dichas denominaciones dio pie a la investigación del Seprona de la Guardia Civil. En ella se ponía de manifiesto la venta sin autorización de determinadas botellas de vino blanco en las que aparecía de forma clara y destacada el término ‘Manilva’, que está protegido y reservado únicamente para los inscritos en su consejo regulador.
ANÁLISIS DE UVAS Y ETIQUETAS
Gracias a las investigaciones llevadas a cabo sobre más de un millar de etiquetas, contraetiquetas y tirillas de las botellas de vino se pudo averiguar que los envasados de los vinos fraudulentos se habían realizado en embotelladoras con sede en La Rioja y que en su mayoría habían sido vendidas a través de plataformas en línea especializadas en vinos.
El análisis de las botellas adquiridas en una de estas webs por el Servicio de control de Calidad Agroalimentaria de la Consejería de Agricultura de La Rioja determinó que el vino no había sido elaborado con un 100% de uva moscatel de Alejandría, como así lo hacen las empresas adheridas a las denominaciones de origen de vino de Málaga. En este caso, el porcentaje de esta uva era residual, de forma que la mayor parte era uva procedente de La Rioja.
Los investigadores del Seprona identificaron el modus operandi que usaban. A través de una persona que ejercía de comercial, vendían el vino usando términos protegidos por la propia denominación de origen como Denominación de Origen Certificada DOC Vinos de Fincas sin estar inscritos en la Entidad Nacional de Acreditación y Certificación (Enac), ni poseer autorización de la citada denominación. De esta manera hacían creer al consumidor que el vino que adquirían era un vino malagueño con su correspondiente denominación, siendo en realidad riojano.