Oberammergau (Alemania), 31 dic (dpa) – Imágenes opulentas, música de orquesta, cientos de personas sobre el escenario. Desde 1633 los habitantes del pueblo alemán de Oberammergau interpretan cada diez años la Pasión de Cristo en cumplimiento de una promesa religiosa hecha durante una peste.
La obra sobre la vida, el sufrimiento y la resurrección de Jesús, que se presenta en el pueblo del sur alemán como una epopeya monumental, estaba prevista inicialmente para 2020, pero su director, Christian Stückl, decidió posponerla para 2022 por la pandemia de coronavirus.
Y pese a que la variante ómicron vuelve a dificultar la planificación y los organizadores miran con preocupación la fecha de estreno prevista para el 14 de mayo, la localidad de Baviera se prepara en este cambio de año para entrar en la fase de ensayos.
«Nadie sabe qué va a suceder», dijo Stückl sobre la situación de la pandemia. Sin embargo, «comenzaremos ahora con los ensayos, y luego será cuestión de trabajar y esperar», confirmó. Los 150 actores con papeles con diálogo en el guión se reunirán el 6 de enero para una primera prueba de lectura.
Ya llevaban semanas ensayando en 2020. «Estoy seguro de que el aprendizaje del texto será bastante rápido», dice por su parte Frederik Mayet, que interpreta a Jesús por segunda vez. «Hace poco retomé el texto después de casi dos años y lo leí. Me sorprendió que una parte siga guardada en mi memoria de alguna manera».
Para Stückl, sin embargo, el texto no es una construcción fija. El trabajo sobre el texto de la obra es «un proceso continuo», comenta. El director lo pule casi hasta el último día antes del estreno y sabe que aún pueden cambiar muchas cosas.
Una cosa ya está clara para Stückl: el mensaje de Jesús debería sonar más fuerte y quizás las mujeres podrían tener más peso que antes.
«Estamos felices de que finalmente vuelva a empezar todo», asegura la actriz que representa a María, Eva-Maria Reiser. «Estas obras sobre la Pasión serán seguramente diferentes. Las experiencias con y en la pandemia tendrán un impacto», señala.
Andrea Hecht, la segunda María -los 20 papeles principales tienen dos intérpretes- ya observa un clima «más apagado que las últimas veces». «No obstante, espero que la Pasión 2022 esté bajo una buena estrella y pueda celebrarse», dice.
El último ensayo tuvo lugar en marzo de 2020. Pocos días después Stückl se presentó ante el Teatro de la Pasión visiblemente agitado y canceló el estreno. Fue el primer aplazamiento en 100 años, y el cuarto en los casi cuatrocientos años de historia de la Pasión de Cristo.
Mientras tanto, en las calles de Oberammergau se ve que el espectáculo se acerca de nuevo. Los cabellos sueltos y las barbas dominan la escena. Todos los actores -excepto los romanos y los ángeles- han tenido que dejarse crecer el pelo desde el miércoles de ceniza, tal como señala la tradición local.
Pero el estado de ánimo en el pueblo es dispar. «Algunos siguen esperando y no quieren volver a sufrir una decepción así», dice Mayet. «Personalmente, estoy convencido de que conseguiremos estrenar en 2022 la obra de la Pasión».
No todos comparten esta convicción. Stückl admite que no es fácil mantener la motivación alta pero cuenta con que el inicio de los ensayos los vuelva a animar.
El director de 60 años, que escenifica la Pasión por cuarta vez, se enfrenta a dificultades completamente nuevas. No quiere «ninguna persona sin testear en el escenario», dice. «Queremos poner a prueba a todo el mundo todos los días».
En la representación participan unas 2.100 personas de Oberammergau, casi la mitad de sus 5.000 habitantes, y hasta 800 en el escenario para las escenas folclóricas, todo un reto logístico.
Quien no esté vacunado o no se haya recuperado de la covid-19, deberá presentar dos veces por semana un resultado negativo de PCR. «Un pasaporte de vacunación falso sería razón para una exclusión inmediata», asegura el director.
Ahora se están construyendo los decorados, mientras el vestuario ya ha sido adaptado.
«Hemos vestido a toda la gente en las últimas semanas», afirma el director. La sastrería tuvo que adaptar los trajes para quienes han engordado o adelgazado, pero también para los jóvenes que han crecido.
La representación de la Pasión de Cristo se remonta a un voto popular durante una peste. En 1633, los habitantes de Oberammergau prometieron representar la Pasión cada diez años si nadie más moría de la peste. Según la leyenda, esto se cumplió.
Las obras suponen un enorme esfuerzo para el pueblo bávaro, pero también una importante fuente de ingresos. La puesta en escena cuesta millones. Solo los honorarios de los 2.100 actores ascienden a unos 20 millones de euros (22,6 millones de dólares) para la temporada de cinco meses.
Uno de los obstáculos podría ser la normativa aún vigente, según la cual solo se puede ocupar el 25 por ciento de las butacas. El 75 por ciento de las entradas está vendido y una gran parte podría tener que ser devuelta. Stückl dice que no se puede hacer la Pasión con estas restricciones. «No es rentable».
Por Sabine Dobel (dpa)