Berlín, 2 jun (dpa) – Un simple techo a dos aguas invertido, que sobraba en un antiguo almacén de la estación de mercancías en Berlín, fue el inicio de un largo y multitudinario proyecto, que también tendrá un lugar en la décimo quinta edición -documenta 15- del 18 de junio al 25 de septiembre.
Sin embargo, antes de llegar a la ciudad de Kassel, el barco «citizenship», diseñado por el Centro de Arte y Urbanismo de Berlín, se desplazará durante 55 días a través de ríos y canales de Alemania con la idea de mostrar el espíritu que encierran este tipo de procesos artísiticos colectivos.
«La documenta trata de temas que van más allá de las formas clásicas de arte», señala a dpa Matthias Einhoff durante una prueba del «citizenship» en Berlín, desde donde hoy partió. Junto con Philip Horst y Harry Sachs, el artista de 50 años forma parte del colectivo KUNSTrePUBLIK.
Los artistas berlineses ya colaboran desde hace tiempo con el colectivo indonesio Ruangrupa, que será el curador de la gran muestra de arte de Kassel 2022.
Ruangrupa había pedido a los artistas invitados a la documenta que se preguntaran qué les sobraba. La respuesta de Berlín llegó rápidamente: «¡Nos sobra un techo!»
El techo, que se encontraba en un antiguo almacén, tuvo que dejar paso a una ampliación prevista. Así, durante un año y medio se desarrolló primero el concepto y luego la construcción del «citizenship». Hasta ahora, contribuyeron al proyecto entre 300 y 400 personas y de los aproximadamente 220.000 euros (235.00 dólares) de costo, unos 180.000 proceden del presupuesto de la documenta.
La embarcación está diseñada para ser sostenible en el sentido de la documenta. Los colectores solares alimentan el motor eléctrico. La tecnología fue instalada por Roland Gaber, del Instituto Fraunhofer de Economía Energética y Tecnología de Sistemas de Energía de Kassel, junto con tres expertos en electricidad de Volkswagen.
El «citizenship», en forma de balsa, también depende de la mecánica. En la cubierta de madera se montaron ocho bicicletas antiguas que impulsan una hélice. Pero la demanda para pedalear es muy alta. «Ya estamos a tope las tres primeras semanas», señala Einhoff, mientras mira la velocidad del barco en una aplicación. Durante una prueba, las bicicletas logran desplazarse a 1,6 kilómetros por hora.
Tampoco falta apoyo del exterior, ya que los clubes de remo a lo largo de la travesía están dispuestos a remolcar la construcción construida como un trimarán, con un casco principal y dos flotadores más pequeños.
Incluso la combinación de motor eléctrico, más bicicletas y remeros podría no ser suficiente en las partes de la ruta con mucha corriente.
«A diez kilómetros por hora a contracorriente será muy justo», calcula Einhoff. Según el plan de ruta, se recorrerán entre 15 y 20 kilómetros diarios.
El «citizenship» pesa 18 toneladas y con una eslora de 16 metros, la construcción sigue estando en el rango de las embarcaciones de recreo. Además, los seis metros y medio de ancho son «dimensiones potables para las esclusas».
Durante los diez primeros días del viaje, Julia Blawert será la patrona de la embarcación. La alemana, de 38 años, fue un aporte importante al proyecto artístico sobre el agua. En 2014, como directora artística, navegó durante siete meses en el «Cogo» desde Fráncfort, pasando por los ríos Meno y Danubio hasta el Mar Negro.
Las hasta 13 personas a bordo del «citizenship» también dependen de la ayuda de la orilla para abastecerse. «Los alcaldes de los lugares a los que escribimos han respondido efusivamente», cuenta Einhoff.
Por otra parte, 20 colectivos de artistas están preparando encuentros culturales en las 55 paradas que planea el barco. «De los encuentros de nuestra burbuja y de las burbujas locales surge algo nuevo que hará avanzar al barco», destaca el impulsor del proyecto. Esto incluye, por ejemplo, música con instrumentos de fabricación propia, hechos con material encontrado durante el viaje.
El recorrido del barco se transmitirá por ‘streaming’ durante su recorrido. El «citizenship» llegará a Kassel hacia la mitad de la documenta. Allí, los visitantes podrán hacer un viaje por el río Fulda.
Por Gerd Roth (dpa)