(dpa) – A veces los valores del hígado se salen un poco de lo normal en un análisis de sangre. Pero, por lo demás, un hígado graso no alcohólico no da muchos indicios, en general.
Y eso que, según se estima, ya son más de un tercio los niños con mucho sobrepeso afectados por esta enfermedad, según la Asociación de Pediatras de Alemania (BVKJ).
El hígado graso muchas veces tiene consecuencias. Según el pediatra Ulrich Fegeler, aumenta el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, presión alta, enfermedades cardiovasculares o cirrosis hepática.
Es importante detectar la enfermedad en un estadio temprano. Fegeler aconseja a los padres hacer revisar a los niños con mucho sobrepeso regularmente desde los nueve años.
Si los valores son muy elevados, no necesariamente se trata de hígado graso. También puede tratarse de una intolerancia al gluten.
Sin embargo, si el pediatra puede excluir otras causas, es probable que se trate de un hígado graso. Entonces, según Fegeler, es importante que el niño modifique su estilo de vida: menos azúcar, más movimiento y reducción de peso.