(EP) – Tres personas, incluido un cooperante del CIR, ha muerto tras un ataque perpetrado el viernes en Shire, en la región etíope de Tigray, según ha informado la propia organización humanitaria en un comunicado.
«Murió por las heridas sufridas durante el ataque de ayer en Shire, región de Tigray, Etiopía. Era miembro del equipo de salud y nutrición y estaba transportando ayuda humanitaria vital para mujeres y niños», ha explicado el grupo.
Otros cuatro civiles, incluido otro trabajador del CIR, han resultado heridos en este ataque.
«El CIR está desconsolado por la pérdida de nuestro compañero y apoyará a nuestro personal y sus familias en este terrible momento. Los trabajadores humanitarios y los civiles jamás deberían ser un objetivo», ha concluido la organización.
El CIR se fundó en 1933 en Estados Unidos tras un llamamiento de Albert Einstein y actualmente cuenta con presencia en más de 40 países y 28 ciudades estadounidenses. En Etiopía está desde 1999 y cuenta con actividad en nueve regiones.
El Alto Representante de la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, ha expresado este sábado su «horror» por la «violencia continua, incluidos los ataques contra civiles en Shire, Tigray».
«Los esfuerzos genuinos por la paz no son compatibles con las ofensivas militares ni las provocaciones», ha advertido Borrell. «Respetar el Derecho Internacional no es por elección, sino que supone una obligación para todos», ha remachado.
Naciones Unidas también ha transmitido su preocupación por la escalada de violencia que sufre la región de Tigray, por lo que su secretario general, António Guterres ha llamado al cese inmediato de las hostilidades.
En un comunicado emitido por su portavoz este sábado ha asegurado que el aumento de los combates está teniendo «un impacto devastador en los civiles en lo que ya es una situación humanitaria desesperada».
Guterres ha reiterado la disposición de la ONU para apoyar en la reanudación de urgente de las conversaciones con el fin de alcanzar un solución política duradera.
El conflicto en Etiopía estalló tras un ataque del Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF) contra la principal base del Ejército, situada en Mekelle, tras lo que el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, ordenó una ofensiva contra el grupo después de meses de tensiones a nivel político y administrativo. En la actualidad hay en vigor una «tregua humanitaria», si bien ambas partes se han acusado de impedir la entrega de ayuda.
El TPLF acusa a Abiy de azuzar las tensiones desde su llegada al poder en abril de 2018, cuando se convirtió en el primer oromo en acceder al cargo. Hasta entonces, el TPLF había sido la fuerza dominante dentro de la coalición que gobernó Etiopía desde 1991, el Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (EPRDF), sustentada en las etnias. El grupo se opuso a las reformas de Abiy, que consideró como un intento de restarles influencia.