Berlín, 20 feb (dpa) – La ministra alemana de Desarrollo, Svenja Schulze, y el ministro de Trabajo, Hubertus Heil, partieron hoy a África Occidental para ejemplificar la asunción de responsabilidad global.
Los ministros volaron hacia Ghana y Costa de Marfil coincidiendo con el Día Mundial de la Justicia Social de la ONU en un viaje que tiene una duración prevista de cinco días.
Tras la entrada en vigor de la ley alemana de la cadena de suministros el pasado 1 de enero, las empresas con más de 3.000 empleados deben garantizar el respeto de los derechos humanos en sus cadenas de suministros. El Gobierno federal quiere dar ejemplo en la producción justa de cacao y textiles en África Occidental.
Según Schulze, es importante que la aplicación de la normativa ayude a las personas que se hallan «al principio de la cadena de suministro».
«Quien hace negocios a escala mundial, quien obtiene beneficios a escala mundial, también debe asumir una responsabilidad global», afirmó por su parte Heil.
Con la nueva ley, las grandes empresas están obligadas a velar por el respeto de los derechos humanos en toda su producción. Entre otras cosas, deben presentar informes al respecto. La Oficina Federal de Economía y Control de las Exportaciones (Bafa) es la entidad responsable de las inspecciones.
Los afectados también pueden informar a la autoridad de control por sí mismos y presentar una queja por Internet si sospechan que una empresa ha cometido infracciones, declaró el portavoz de la Bafa, Nikolai Hoberg, a dpa.
La normativa está aún en sus primeras fases. Hoberg explicó que la Bafa no comprobará la existencia de informes de las empresas hasta mediados de 2024. En caso de infracción, las empresas se enfrentan a multas.
Ghana y Costa de Marfil producen alrededor del 70 por ciento del cacao mundial. Debido a la caída de los precios del cacao en el mercado mundial en los últimos años, muchas familias de agricultores utilizan a sus hijos para el cultivo.
Los expertos en desarrollo señalaron repetidamente que el trabajo infantil se da a menudo en el proceso de producción del chocolate que se vende en el mercado alemán.
Ghana es también uno de los mayores importadores mundiales de ropa de segunda mano, sobre todo de Europa, lo que ha hecho retroceder en cierta medida la producción ghanesa de textiles.