Manaos (Brasil), 14 mar (dpa) – El ministro alemán de Economía y Protección del Clima, Robert Habeck, y el de Agricultura, Cem Özdemir, visitarán hoy la región amazónica en Brasil, para conocer de primera mano el amenazado «pulmón verde» que almacena gran cantidad del carbono del planeta.
Los ministros, ambos del partido Los Verdes, acudirán a una comunidad del pueblo indígena Kambeba situada en el río Negro, a unos 60 kilómetros de la metrópolis amazónica de Manaos.
Es la primera vez que Habeck visita la selva tropical, algo que en su opinión es muy importante porque «marca la diferencia» haber visto una selva tropical de primera mano cuando se habla de la protección de este entorno.
En enero ya habían hecho un viaje también a una torre de medición del clima en la selva amazónica el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, y la ministra de Medio Ambiente, Steffi Lemke.
La sucesión de viajes diplomáticos alemanes a Brasil se debe a que el nuevo presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, que no fue considerado un político ecologista durante sus dos primeros mandatos (principios de 2003 – finales de 2010), ha prometido ahora hacer de la protección del medio ambiente y del clima una prioridad.
Su predecesor, Jair Bolsonaro, había defendido la explotación de la Amazonia.
Durante su viaje a Brasil, Habeck ya calificó de emotivos los planes del gobierno brasileño de Lula de detener la tala de la selva tropical para 2030. «A mí por lo menos se me saltan las lágrimas de que un gobierno esté cambiando las tornas de esta manera», declaró.
Sin embargo, la deforestación de la selva sigue avanzando: en los círculos diplomáticos alemanes se habló de una situación preocupante a la vista de la evaluación de las imágenes por satélite en febrero, en las que se contabiliza el número preliminar de incendios, también porque la temporada de incendios ni siquiera ha comenzado todavía.
Las zonas deforestadas se utilizan como nuevos pastos y tierras cultivables para plantar soja y para la cría de ganado. La destrucción de la selva es dramática, dijo Roberto Maldonado, experto en América Latina de WWF Alemania.
Agregó que ya se ha talado el 18 por ciento de la selva y explicó que los expertos temen que si se destruye entre el 20 y el 25 por ciento se podría alcanzar un punto de no retorno. Maldonado comentó que la cantidad de dióxido de carbono (CO2) liberada sería tan grande que podría olvidarse el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 grados en todo el mundo.
«La selva tropical es un gigantesco acondicionador de aire, una máquina de lluvia y un enorme sumidero de carbono», describió Maldonado. Si no se puede salvar la selva, dijo, el sur del continente se convertirá en una especie de Sahel latinoamericano.
«Entonces los ganaderos y los barones de la soja podrán olvidarse de su modelo de negocio. Sin lluvia, no hay agricultura posible. Y alcanzar los objetivos mundiales de protección del clima será entonces, de todos modos, una ilusión», añadió.
Maldonado criticó que el acuerdo de libre comercio previsto entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur acepta de hecho la destrucción de la selva tropical. «No basta con señalar que el acuerdo contiene un capítulo sobre normas sociales y medioambientales», aseguró, sino que falta la posibilidad de sanciones por infracciones.
Barbara Konner, directora ejecutiva de la Cámara de Comercio Exterior de São Paulo, afirmó que es importante que Alemania alcance sus propios objetivos de protección del clima en el marco del acuerdo.
El tratado ya se ha negociado y contiene decenas de disposiciones, pero desde Brasilia Habeck dijo que la expansión del comercio no debe resultar en un aumento de la deforestación de la selva tropical. «Ahora estamos analizando de nuevo qué medidas concretas hay ya en el acuerdo, cómo pueden ampliarse y si son necesarias medidas adicionales», afirmó.
Por Andreas Hoenig y Martina Farmbauer (dpa)