Unas 34000 personas acudieron en Madrid a las dos manifestaciones feministas celebradas con motivo del Día Internacional de la Mujer en un ambiente reivindicativo y festivo.
Por tercer año consecutivo hubo dos mareas moradas en Madrid. La manifestación convocada por la Comisión 8-M, a la que acudieron varios ministros y que comenzó en la glorieta de Atocha y concluyó en la plaza de Colón, reunió a alrededor de 30.000 personas, mientras que la del Movimiento Feminista de Madrid emplazó a unas 4.000 personas, según fuentes de la Delegación del Gobierno de Madrid.
El año pasado, unas 27.000 personas desfilaron por ambas manifestaciones (17.000 en la auspiciada por la Comisión 8-M y 10.000 en la del Movimiento Feminista de Madrid).
En 2021 y 2022 no hubo reivindicaciones en las calles de Madrid por la pandemia del coronavirus, mientras que las convocadas en años anteriores fueron más masivas: 40.000 en 2017, 170.000 en 2018, 350.000 en 2019 y 120.000 en 2020, según fuentes policiales.
“UN GRAN DÍA”
La lluvia amenazaba con empañar las reivindicaciones de este año en Madrid, pero finalmente no hizo acto de presencia, aunque la temperatura resultó algo fresca. La marcha que partió de Atocha contó con la asistencia de varios ministros, como Ana Redondo (Igualdad), Yolanda Díaz (Trabajo), Teresa Ribera (Transición Ecológica y el Reto Demográfico), Fernando Grande-Marlaska (Interior), Mónica García (Sanidad) Elma Saiz (Inclusión, Seguridad Social y Migraciones) y Sira Rego (Juventud e Infancia). También acudió Irene Montero, exministra de Igualdad.
“Hoy es un gran día, un día muy feliz”, indicó Redondo, quien destacó: “Somos la cuarta democracia europea en materia de igualdad: nunca antes lo habíamos sido. Esto significa que hemos trabajado bien, que se han implementado las políticas y que estamos en la buena dirección”.
Díaz, por su parte, comentó: «Es un día muy importante para todas las mujeres y los hombres feministas de nuestro país, es el movimiento de emancipación por excelencia, es el movimiento que cambia la vida de los hombres y las mujeres y sobre todo, es el movimiento que gana libertades para nuestra sociedad”.
A la altura de la plaza de Neptuno, ya lanzada la manifestación, Ana Romo, portavoz de la Comisión 8-M, subrayó a Servimedia que este viernes era una jornada «para reivindicar todos los derechos que día a día sentimos que están en peligro».
“SIEMPRE VENGO”
La manifestación que finalizó en Colón llevaba por lema ‘Patriarcado, Genocidios, Privilegios #SeAcabó’. Fue amenizada inicialmente por una batucada de unas 500 mujeres, inundó ambos sentidos del paseo del Prado y transcurrió con normalidad.
Muchas de las personas asistentes, de edades diversas y tanto hombres como mujeres, portaban prendas de color morado.
Por ejemplo, Clea, de 15 años, recalcó a Servimedia que acude a la manifestación feminista del 8 de marzo “desde pequeñita” y acompañada de su madre. “Queda mucho por hacer. Por ejemplo, mi padre casi no me deja venir porque acaba tarde y tiene miedo de que me pase algo por la calle”, comentó.
Isabel, natural de Ávila y residente en Madrid, desfilaba junto con un grupo de amigas de edad avanzada. “Estoy en la lucha de las mujeres y llevo viniendo desde hace más de 10 años. Queremos igualdad en todos los sentidos”, dijo.
Álvaro, de 58 años y secretario general de la sección sindical de UGT en la empresa en la que trabaja, se encontraba en la fuente de las Cuatro Estaciones, cerca del Museo del Prado, cuando comentó a Servimedia: “Es un día muy importante para la lucha de las mujeres y todos podemos hacer mucho más. Siempre vengo cuando llega el 8 de marzo”.
Entre las pancartas que salieron a relucir había mensajes como ‘Este sistema mata’, ‘Por un feminismo TRANSformador’ o ‘Somos el grupo de las que no tienen voz’.
Además, un grupo de mujeres con discapacidad desfilaron por la manifestación de la Comisión 8-M con varias pancartas. Una de ellas llevaba el mensaje ‘Nosotras también somos mujeres’.
Por otro lado, la marcha que transcurrió desde la plaza de Cibeles y subió por la Gran Vía para concluir en la plaza de España llevaba como lema ‘La prostitución no es un trabajo. ¡Abolición ya’.