Berlín, 6 sep (dpa) – La política de coaliciones de Alemania puede ser complicada y los líderes de los principales partidos, uno de los cuales será canciller, juegan un papel crucial.
Estos son los nombres de los dirigentes que más suenan en plena campaña a las elecciones generales del 26 de septiembre:
ARMIN LASCHET – UNIÓN DEMÓCRATA CRISTIANA (CDU)
Armin Laschet, de 60 años, emergió como el líder de su partido para suceder a Angela Merkel en la cancillería después de una dura disputa interna por el poder.
Hijo de un minero y licenciado en derecho, Laschet sigue el ejemplo de Merkel en eso de asegurarse el centro en el fragmentado paisaje político alemán.
Pero Laschet, que además es primer ministro del estado federado más poblado de Alemania, Renania del Norte-Westfalia, tuvo problemas en la campaña a la hora de ganar terreno entre los votantes como candidato de la conservadora CDU y su aliada de Baviera, la Unión Social Cristiana (CSU).
Las visitas regulares a las regiones alemanas afectadas por las inundaciones en Renania del Norte-Westfalia ayudaron a levantar su perfil político, pero también generaron dudas sobre su capacidad como gestor de crisis.
Entre otros tropiezos, se vio obligado a disculparse públicamente luego de que una cámara lo grabara riendo en el fondo durante un discurso del presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, en una localidad devastada por las inundaciones.
ANNALENA BAERBOCK – LOS VERDES
La candidata a canciller del partido Los Verdes, Annalena Baerbock, de 40 años, también sufrió turbulencias en su campaña por suceder a Merkel.
Los Verdes experimentaron un aluvión de apoyo tras su nominación en abril y lideraron al principio la campaña de cara a las elecciones del 26 de septiembre con Baerbock vista como un rostro nuevo en el mundo político alemán, muchas veces muy predecible.
Pero luego de un tiempo como favorita de los votantes, el apoyo a la exatleta y a Los Verdes cayó en los últimos meses luego de que Baerbock no declarara ciertos ingresos a su partido y tuviera que cambiar imprecisiones en su currículum oficial.
Otro traspié se produjo cuando tuvo que pedir perdón por usar una expresión considerada racista («nigger») en una entrevista. La empleó al relatar una anécdota de su época en la escuela, cuando un alumno se negó a realizar una tarea que contenía esa palabra. «Eso no estuvo bien y pido perdón», escribió Baerbock en Twitter.
Quizá tuvo la esperanza de que las escenas apocalípticas de las inundaciones recientes volvieran a poner el cambio climático como prioridad en la campaña y así tener una nueva oportunidad, pero por ahora eso no parece haber ocurrido.
OLAF SCHOLZ – PARTIDO SOCIALDEMÓCRATA (SPD)
Olaf Scholz espera que las elecciones reviertan los reveses de los últimos años de los socialdemócratas en elecciones nacionales y vuelvan a llevar al partido de centro-izquierda a su anterior gloria política. Su hasta ahora sólida actuación en la campaña se vio acompañada recientemente por un impulso en las encuestas.
Scholz, de 63 años, se unió al SPD en 1975 y fue elegido por primera vez como parlamentario en el Bundestag en 1998.
Desde 2002, fue por dos años secretario general del SPD, cuando fue apodado «Scholzomat» por los discursos en tono autómata con los que explicaba los puntos de vista de su partido.
Un experimentado abogado, Scholz también fue durante dos años a partir de 2007 ministro de Trabajo y Asuntos Sociales en la primera coalición de gobierno de Merkel con el SPD.
Tomó las riendas tras la deblacle del SPD en las elecciones generales de 2017 durante un período interino de dos meses en los que lideró el partido tras la renuncia de Martin Schulz.
Scholz también tuvo un papel clave en el actual Gobierno de Merkel como ministro de Finanzas desde 2018.
CHRISTIAN LINDNER – PARTIDO LIBERAL (FDP)
El líder del Partido Liberal de Alemania ve las elecciones de septiembre como la oportunidad de su partido de recuperar su papel como una agrupación influyente en la política alemana.
Lindner, de 42 años, reconstruyó con éxito la fortuna política del FDP tras ser elegido como líder después de que el FDP no alcanzara la crucial barrera del 5 por ciento para entrar al Parlamento en las elecciones de 2013.
En otras legislaturas, el FDP actuó como socio menor de coalición tanto del bloque político conservador de Merkel como de la centro-izquierda socialdemócrata.
Oficial de la reserva en el Ejército y entusiasta del automovilismo, Lindner ha sido un fuerte defensor de la disciplina fiscal, así como un promotor del espíritu empresarial alemán.
ALICE WEIDEL y TINO CHRUPALLA – ALTERNATIVA PARA ALEMANIA (AfD)
La principal tarea de los líderes de Alternativa para Alemania es intentar dejar de lado las diferencias entre las distintas facciones del partido ultraderechista y presentar un frente unido en los comicios para intentar mitigar la erosión constante que está sufriendo en el apoyo ciudadano.
Todos los partidos políticos mayoritarios descartaron hablar para formar gobierno con Alice Weidel y Tino Chrupalla, quienes fueron nominados en mayo para liderar la campaña electoral.
Weidel, de 42 años y economista, y Chrupalla, de 46 y experto en mercados financieros, rechazaron los rumores según los cuales representan al ala más radical de AfD.
Pintor y decorador, así como asiduo visitante de la Rusia de Vladimir Putin, Chrupalla se pronunció en contra de la obligación de llevar mascarilla a causa de la pandemia.
Weidel, la única mujer homosexual en una posición líder de un partido político alemán, divide su tiempo entre Berlín y Suiza, donde vive con su compañera de Sri Lanka y dos niños adoptados.
MARKUS SÖDER – UNIÓN SOCIAL CRISTIANA (CSU)
El jefe de Gobierno de Baviera y líder de la CSU juega un importante papel en el escenario nacional pese a ser un líder regional. En primer lugar, su partido no solo lleva dominando la política bávara desde hace muchos años, sino que es el partido hermano de la CDU.
En segundo lugar, él fue el principal rival de Laschet en la elección interna del candidato a canciller de la alianza CDU/CSU y continuó teniendo más apoyo que Laschet en las encuestas incluso después de perder.