Wiesbaden (Alemania), 6 ene (dpa) – La industria alemana sufrió en noviembre un duro revés por la caída de un 5,3 por ciento intermensual del volumen de pedidos cuando los expertos esperaban apenas un retroceso de un 0,5 por ciento, informó hoy la Oficina Federal de Estadística (destatis).
En términos interanuales, los nuevos pedidos cayeron un 11 por ciento en noviembre.
El Ministerio de Economía habló de una tendencia a la baja que se había reanudado con vigor. «Los datos de pedidos muestran que la industria está atravesando un invierno difícil, a pesar de que las expectativas de negocio de las empresas han mejorado recientemente», afirmó.
«Sin embargo, las carteras de pedidos industriales siguen siendo sólidas, lo que respalda la producción con el margen actual», añadió.
El descenso actual se debe en gran medida a la caída de los pedidos del exterior, que descendieron un 8,1 por ciento, según destatis. Los pedidos de la zona euro cayeron un 10,3 por ciento y los del resto del mundo, un 6,8 por ciento.
En octubre, la entrada de pedidos en las empresas industriales alemanas aún había aumentado un 0,6 por ciento intermensual. Sin embargo, la cifra se revisó a la baja tras haberse comunicado previamente un aumento del 0,8 por ciento.
Según Thomas Gitzel, economista jefe de VP Bank, los nuevos pedidos han alcanzado su nivel más bajo desde julio de 2020. «Esto demuestra hasta qué punto los elevados precios de la energía están pesando en la eurozona», afirmó Gitzel.
Sin embargo, el analista Ralph Solveen, del Commerzbank, cree que es poco probable que el retroceso en los nuevos pedidos repercuta mucho en la producción industrial. Las empresas habían acumulado una gran cartera de pedidos en los dos últimos años, recordó.
«Dada la menor entrada de pedidos y el peso de los elevados precios de la energía, la producción podría disminuir en los próximos meses, pero es improbable que se produzca un desplome», afirmó Solveen.
El experto económico de la Asociación de Cámaras de Industria y Comercio Alemanas (DIHK) Jupp Zenzen habló de un «amargo revés» para la economía alemana: «Los altos precios de la energía y la todavía gran incertidumbre se reflejan cada vez más en la demanda interna».
Los pedidos del extranjero también fueron muy escasos debido a la desaceleración económica mundial. «Las carteras de pedidos llenas fueron un dato positivo para muchas empresas durante muchos meses. Estos colchones se evaporan cada vez más», afirmó el economista de la DIHK.