Berlín, 18 mar (dpa) – El anterior jefe de Estado de Alemania se va, el nuevo llega, normalmente en un acto muy festivo en el escenario polítíco de Berlín en el que esta vez hay un solo protagonista, Frank-Walter Steinmeier, que afronta nuevos desafíos.
Normalmente, el Bundestag (Cámara Baja del Parlamento) y el Bundesrat (Cámara Alta) celebran una sesión parlamentaria conjunta, el nuevo jefe de Estado presta juramento y a continuación brinda un discurso en el que expone los objetivos que buscará alcanzar en su mandato de cinco años.
Hoy debería ser el momento de la celebración porque culmina el mandato de Frank-Walter Steinmeier. Pero como el anterior presidente es también el nuevo, el primer mandato se encadena directamente con el segundo y entonces no habrá asamblea legislativa, ni juramento ni discurso inaugural.
La agenda de Steinmeier luce a primera vista un poco «como siempre», pero si se observa más de cerca, no lo es. En opinión de Steinmeier, la sociedad debe volver a practicar la discusión de temas controvertidos en su seno. Pero esto no puede ocurrir solo en Berlín, como explicó en el podcast de la fundación Bertelsmann.
Por ello, quiere «sacar la comunicación fuera de la capital», «montar su tienda» lejos de ella durante un tiempo y desempeñar sus funciones oficiales desde allí.
«Esto me da la oportunidad, con más tiempo, de examinar también más intensamente los debates sobre el terreno». Esto incluye rondas de debate «en las que sé que no solo hay personas sentadas que tienen todas una misma opinión», expresó.
La primera parada de esta gira tiene lugar en la ciudad de Altenburgo, en el estado federado de Turingia, en el este de Alemania, hasta el domingo por la tarde.
Allí están garantizados los debates controvertidos porque, después de todo, la pequeña ciudad ha sido noticia una y otra vez en los últimos meses por las protestas contra las medidas estatales por la pandemia de coronavirus.
Su alcalde, André Neumann, denunció en enero en una ronda de conversaciones en el Palacio de Bellevue, sede de la Presidencia alemana, que recibió correos electrónicos en los que se lo amenazó con «que el día X estaría junto a su familia colgado en el mercado».
Esto demuestra que Steinmeier seguirá centrándose durante los próximos cinco años en el tema central de su primer mandato, defender la democracia liberal de enemigos internos y externos.
El presidente ya había anunciado inmediatamente después de su reelección en la Asamblea Federal el 13 de febrero que no sería neutral en este tema.
«Quien luche por la democracia, me tendrá a su lado. Quien la ataque, me tendrá como su enemigo», declaró entonces.
Steinmeier teme que quienes actualmente intentan desacreditar las instituciones del Estado bajo el manto de las protestas contra las restricciones atacan a los representantes políticos y socavan así la política democrática.
La política climática del actual Gobierno no será gratuita para los ciudadanos alemanes, como tampoco lo serán las sanciones contra Rusia. Estos serán dos temas que podrían seguir movilizando a los sectores descontentos en el país. Y también serán dos temas más para el segundo mandato del presidente Steinmeier.
Nuevos formatos, nuevos temas que deberían demostrar que el presidente alemán no quiere limitarse a cumplir simplemente su segundo mandato, sino que quiere dar un impulso al país. Steinmeier se ve a sí mismo como alguien que tiende puentes en una sociedad cada vez más dividida.
Por Ulrich Steinkohl (dpa)