Las carreteras de España son menos seguras a día de hoy, y han descendido al octavo puesto de los países de la UE más seguros, al registrar el año pasado una tasa de 36 muertos por siniestros de tráfico por cada millón de habitantes, lo que supone dos posiciones menos que en 2022 y el peor puesto desde 2007, cuando ocupaba la décima plaza en el ranking comunitario.
Pese a algunos avances desde 2019, pocos países comunitarios están en vías de cumplir el objetivo de la UE y de la ONU de reducir a la mitad el número de muertes en carretera hasta 2030.
De hecho, el número de muertes en carretera apenas ha disminuido desde 2019 en España (-1%) y Francia e Italia (-2%), mientras que aumentó en Irlanda (31%), Letonia (9%), Países Bajos y Suecia (5%), y Eslovaquia (4%).
En cambio, durante los últimos cuatro años Bélgica (-22%), Chequia (-19%), Dinamarca (-20%), Hungría (-22%) y Polonia (-35%) han mostrado que están en vías de alcanzar el objetivo de reducción del 50% de las muertes en carretera de aquí a 2030.
CUARTO PUESTO EN 2013
La serie histórica de la Comisión Europea, analizada por Servimedia, indica que España entró por primera vez en el ‘top cinco’ en 2013, cuanto ocupó la cuarta posición con una tasa de 36 fallecidos por cada millón de habitantes. En 2014 bajó al quinto puesto (también con una tasa de 36) y en 2015 descendió a la sexta plaza (igualmente, con 36).
España volvió al quinto puesto en 2016 (39 fallecidos en siniestros de tráfico por cada millón de habitantes), descendió al sexto en 2017 y 2018 (en ambos años, con una tasa de 39), y cayó a la séptima posición en 2019 (37).
En 2020 ascendió al quinto lugar (29), en 2021 bajó al séptimo (32), en 2022 subió al sexto (37) y en 2023 descendió al octavo (36). Hay que remontarse hasta 2007 para encontrar una posición más baja de España, que entonces ocupaba la décima posición con 85 fallecidos por cada millón de habitantes.
Así pues, siete países de la UE tuvieron el año pasado mejores tasas de siniestralidad vial que España, concretamente Suecia (22 víctimas mortales por cada millón de habitantes), Malta (26), Dinamarca (27), Finlandia (32), Alemania (34) e Irlanda y Países Bajos (35).
Bulgaria (82 fallecidos por cada millón de habitantes) cerró la tabla, algo que ya hizo en 2015 y 2016. Rumanía (81), que fue el país comunitario más inseguro en carretera entre 2017 y 2022, subió una posición, por delante de Letonia (76), Croacia (71) y Portugal (61). La media comunitaria fue de 46 víctimas mortales por cada millón de habitantes.
España mantuvo el año pasado la mortalidad en las carreteras respecto a 2022, al igual que Croacia y Polonia. Las mayores reducciones se produjeron en Malta (-46%), Luxemburgo (-28%), Hungría (-12%) y Finlandia (-10%), mientras que los principales ascensos tuvieron lugar en Lituania (33%), Letonia (27%), Estonia (20%) e Irlanda (19%).
GRUPOS MÁS AFECTADOS
Por otro lado, los datos a escala de la UE para 2022 (último año con información disponible) muestran que el 52% de las víctimas mortales del tráfico se produjeron en carreteras rurales, frente a un 38% en zonas urbanas y un 9% en autopistas.
Alrededor de 2.000 ciclistas murieron en las carreteras de la UE en 2022. Se trata del único colectivo que no experimentó un descenso significativo de las víctimas mortales en la última década, debido a la persistente falta de infraestructuras adecuadas y al comportamiento inseguro de todos los usuarios de la carretera, como el exceso de velocidad, la distracción y la conducción bajo los efectos del alcohol y las drogas, según la Comisión Europea.
En 2022, el 77% de las víctimas mortales en carretera eran hombres. Las personas mayores de 65 años corrieron mayor riesgo, ya que representaron un 29% de todas las muertes, cuando aglutinaban un 21% de la población. Del mismo modo, los jóvenes de 18 a 24 años sumaron un 12% de los fallecidos en carretera, pero un 7% de la población.
Los ocupantes de automóviles aglutinaron un 45% de todas las víctimas mortales en carretera, por un 19% de ciclomotoristas y motoristas, un 18% de peatones y un 10% de ciclistas.
Los patrones cambian significativamente en función de la edad. Entre los mayores de 65 años, los peatones representaron un 29% de las víctimas mortales y los ciclistas, un 17%.
En las ciudades, el mayor peso corresponde a los usuarios vulnerables (peatones, ciclistas, ciclomotoristas y motoristas), que agruparon casi el 70% del total de víctimas mortales.