Karlsruhe (Alemania), 18 ago (dpa) – El Tribunal Constitucional de Alemania confirmó hoy la obligatoriedad de la vacuna contra el sarampión para determinados grupos de la población.
Esto significa que el requisito introducido hace unos dos años y medio sigue en vigencia para los niños de las guarderías.
El Tribunal rechazó varias demandas de familias afectadas argumentando que la injerencia en los derechos fundamentales no es insignificante, pero razonable.
«Sin violar el derecho constitucional, el cuerpo legislativo ha dado prioridad a la protección de personas con riesgo de contagio de sarampión sobre los intereses de los niños y los padres demandantes», declararon los jueces.
La vacunación obligatoria pretende ayudar a erradicar el sarampión por completo.
Los expertos parten de la base de que el virus, muy contagioso, puede eliminarse si se ha inmunizado al menos al 95 por ciento de la población de forma generalizada, un objetivo que aún no se ha alcanzado.
La atención se centra en especial en las instituciones comunitarias, como las guarderías y escuelas.
Desde el 1 de marzo de 2020, los centros infantiles solo pueden admitir niños a partir de un año si están vacunados o ya han tenido el sarampión. Las mismas normas se aplican a los niños que son cuidados por personas cualificadas en su propio hogar.
Los padres de los niños que ya están en la guardería tenían hasta el 31 de julio de 2022 para presentar una prueba de que habían recibido la vacuna.
No se excluye a ningún niño de la escuela por no estar vacunado, pero los padres pueden ser multados con hasta 2.500 euros (2.540 dólares).
La obligación de vacunarse contra el sarampión también se aplica en otras instalaciones donde se reúnen muchas personas, como por ejemplo, en los alojamientos para refugiados. Esto también incluye a los empleados, entre ellos los profesores y educadores.
El personal de los hospitales o consultorios médicos también debe estar vacunado o ser inmune al sarampión. Los nacidos antes de 1971 están exentos.
Por su parte, el ministro de Salud, Karl Lauterbach, califcó de «buena noticia para los padres y los niños» la confirmación de que la vacuna contra el sarampión sea obligatoria para los citados grupos.
«Una infección de sarampión pone en peligro la vida, tanto de los infectados como de su entorno», declaró Lauterbach. Por ello, señaló que es responsabilidad del Estado prevenir las infecciones en instalaciones comunitarias como guarderías o escuelas.
«Cualquier persona que sea cuidada o educada allí y cualquier persona que trabaje en esos sitios debe estar protegida contra la infección del sarampión de forma probada. Y para todos los demás, la vacunación contra el sarampión es un imperativo de sentido común».