(dpa) – Un nuevo informe publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) podría llegar a despertar preocupación en los propietarios de coches eléctricos que buscan ser respetuosos con el medio ambiente.
El informe advierte que el material particulado (PM) procedente de los frenos, los neumáticos y el pavimento de las carreteras es un «desafío ignorado de la política medioambiental» y pronto podría convertirse en un considerable problema de salud para los habitantes de las ciudades.
Según el informe, publicado en diciembre, tanto los vehículos eléctricos, como sus equivalentes de gasolina y diésel, son responsables de las emisiones de partículas.
El informe de la OCDE señala que la suciedad levantada por el desgaste de las carreteras y la resuspensión de las partículas de polvo de los vehículos que pasan por ellas podría causar incluso peores problemas de salud que la combustión de carbón.
«La cuestión aquí es solo el material particulado, que es malo para nuestra salud inmediata, sobre todo en las zonas urbanas, y no tiene nada que ver con las emisiones de gases de efecto invernadero», señala el informe.
«A nivel mundial, la exposición a las partículas en suspensión se ha clasificado como el séptimo factor de riesgo más importante para la mortalidad y es responsable de alrededor de 4,2 millones de muertes prematuras en 2015».
La OCDE se mostró especialmente crítica con los eléctricos pesados, como los grandes SUV, los monovolúmenes y los vehículos comerciales, argumentando que su peso ha aumentado debido a las baterías más pesadas y de mayor autonomía que llevan a bordo.
Según el informe, los vehículos eléctricos pesados emiten entre un tres y un ocho por ciento más partículas que sus equivalentes con motor de combustión. En cambio, los eléctricos ligeros suelen emitir menos partículas que los de combustión del mismo segmento.
Incluso las bicicletas eléctricas reciben algunas críticas de la OCDE, ya que sus frenos de disco de alto rendimiento liberan más partículas finas en el aire, especialmente porque son mucho más rápidas y pesadas que las bicicletas tradicionales.
Como solución, la OCDE sugiere una reducción en la circulación de vehículos privados, sin ser esto un llamamiento a limitar la movilidad en general. El informe aboga por un mayor uso del transporte público y de la bicicleta no asistida, así como por los desplazamientos a pie.
El informe recomienda asimismo que los coches eléctricos no queden exentos de la normativa a favor de una movilidad sostenible, por ejemplo, del pago de tasas por congestión de tránsito, ya que estos vehículos también contribuyen al nivel de emisiones contaminantes no procedentes del tubo de escape.