Wiesbaden (Alemania), 28 oct (dpa) – La inflación volvió a acelerarse en octubre en Alemania y trepó al nivel más alto de los últimos 28 años al alcanzar un 4,5 por ciento interanual, informó hoy la Oficina Federal de Estadística (Destatis).
La última vez que el organismo oficial con sede en la ciudad de Wiesbaden midió una tasa de inflación del 4,5 por ciento fue en octubre de 1993.
En septiembre, la inflación ya había superado la marca del cuatro por ciento, con un 4,1.
La autoridad estadística informó, en base a datos preliminares, que los precios al consumidor subieron en octubre un 0,5 por ciento respecto a septiembre.
Una mayor inflación debilita el poder adquisitivo de los consumidores, ya que entonces pueden comprar menos que antes con la misma cantidad de dinero.
Según los datos preliminares, lo que afecta especialmente al bolsillo de los consumidores en Alemania es el precio de la energía, que subió un 18,6 por ciento en un año.
Los precios en alza de la energía alimentan desde hace un tiempo la inflación. Además, la retirada de la reducción temporal del impuesto al valor añadido (IVA) -que se había aplicado por la crisis durante el primer año de la pandemia de coronavirus- está teniendo ahora pleno impacto.
Las tasas habituales de IVA volvieron a aplicarse a partir de enero de 2021, por lo que los bienes y servicios tienden a encarecerse de nuevo respecto a los precios pagados por los consumidores un año atrás.
A esto se suma la escasez de materia prima y los cuellos de botella en los procesos de abastecimiento, como también la aplicación del impuesto a la emisión de dióxido de carbono (CO2).
Desde principios de año se debe pagar 25 euros (29 dólares) por tonelada de dióxido de carbono producida por la combustión de diésel, gasolina, gasóleo de calefacción y gas natural.