Berlín, 19 dic (dpa) – Quienes quieran asistir a servicios religiosos navideños en Alemania tendrán que informarse al detalle sobre las normas anti-covid vigentes en cada iglesia, ya que las autoridades dejaron el procedimiento en gran medida en manos de las parroquias.
En consecuencia, la segunda Navidad bajo la pandemia de coronavirus, los reglamentos a menudo difieren de una congregación a otra, incluso de un servicio a otro dentro de una misma congregación, ya se trate de la Iglesia católica o de la protestante.
Por ejemplo, en las misas para niños y el servicio de Navidad, algunas parroquias aplican la norma llamada «2G», que solo permite el acceso a vacunados o recuperados de covid-19, otras incluyen a personas que presenten una prueba negativa de coronavirus.
Pero el resto de servicios suelen celebrarse bajo las normas normales de distancia e higiene, siempre que la ordenanza de protección del respectivo estado federado lo permita. Esto significa entonces que las personas no vacunadas pueden incluso asistir sin ser examinadas.
«Es una señal equivocada», criticó Josef Ridders, presidente de la Asociación de Católicos en la Empresa y la Administración (KKV).
«Las recomendaciones no vinculantes significan delegar la responsabilidad hacia abajo. Un concepto desarrollado conjuntamente y comunicado con claridad es la mejor manera».
Por su parte Matthias Kopp, portavoz de la Conferencia Episcopal Alemana, rechazó las críticas: «La Iglesia está reaccionando a las exigencias específicas de cada estado federado y de cada región en vista de la situación de la pandemia», dijo.
«Es muy importante que la Iglesia -especialmente en Navidad como fiesta central de la fe para los cristianos- esté con la gente en estos momentos difíciles para todos nosotros y garantice la práctica de la religión», agregó.
Kopp explicó que las diócesis y las parroquias se toman muy en serio su responsabilidad.
La Iglesia Evangélica (EKD) de Alemania tiene una opinión similar. Un portavoz señaló que las congregaciones tienen ahora mucha experiencia en responder adecuadamente a las situaciones cambiantes. «Todos los que quieran asistir a un servicio en Navidad tendrán la oportunidad de hacerlo en sus regiones».
Algunas cosas no dependen de las iglesias, sino que las dictan las ordenanzas para frenar la pandemia establecidas por las autoridades regionales.
«El derecho a ejercer la libertad religiosa, que incluye la asistencia a los servicios religiosos, es un bien constitucionalmente protegido», argumentó por su parte una portavoz de la archidiócesis de Colonia, aclarando que, en la medida de lo posible, se quiere evitar que los creyentes sean rechazados en la puerta de la iglesia.
En otros lugares, esto se acepta en aras de la protección de la salud. «La recomendación de la iglesia regional para los servicios de Nochebuena y Navidad es la 2G», explicó una portavoz de la Iglesia evangélica de Westfalia. Es decir que, incluso con una prueba en mano, una persona no vacunada no podrá entrar en el servicio aquí.
La especialista en ética social católica Marianne Heimbach-Steins considera justificable esta línea restrictiva.
«Por supuesto, la participación en los servicios de la iglesia, especialmente en las fiestas importantes, es un gran bien. Pero también hay que sopesar entre el derecho a la participación y el derecho a la protección de la salud», apuntó.
«Aquí diría claramente: no puede ser que la mayoría de los fieles se ponga en peligro porque algunos no se vacunen. Mi línea es: no hay acceso libre para los no vacunados a los servicios de culto interiores», puntualizó.