Filipo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, ha denunciado «los brutales recortes de fondos al sector humanitario a escala global», que «ponen en riesgo millones de vidas» en todo el mundo.

«Las consecuencias para las personas que huyen del peligro serán inmediatas y devastadoras», advirtió en un comunicado la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
Las mujeres y niñas refugiadas, que afrontan un alto riesgo de violencia sexual, «están perdiendo el acceso a los servicios que las mantenían a salvo», agregó. Del mismo modo, prosiguió, los menores «se quedan sin maestros y sin escuelas», lo cual les empuja al trabajo infantil, la trata o el matrimonio temprano.
Según Acnur, las comunidades refugiadas «tendrán menos refugio, agua y comida a su disposición». Todo ello, «debido a los recortes en la financiación de la ayuda humanitaria».
«El mundo será menos seguro», alertó Acnur, y más personas desesperadas se verán forzadas a desplazarse nuevamente hacia lugares y regiones más lejanas. «No se trata solo de una escasez de fondos: es una crisis de responsabilidad. El coste de la inacción se medirá en sufrimiento, inestabilidad y futuros perdidos», advirtió Grandi.
Por eso, hizo un llamamiento a los Estados miembros para que cumplan con sus compromisos con las personas desplazadas. «Ahora es el momento de la solidaridad, no de la retirada», declaró.