Felipe VI destaca la justicia constitucional como pilar de la libertad y defensa del Estado de derecho, subrayando su papel esencial en el marco institucional español.

El Rey se pronunció en estos términos en la clausura de la Conferencia Mundial de Justicia Constitucional, que se celebra en Madrid desde el pasado martes bajo el título ‘Los derechos humanos de las generaciones futuras’.
Organizada por el Tribunal Constitucional y la Comisión de Venecia, la Conferencia se desarrolló esta semana en el recinto ferial Ifema y en ella participaron 121 Tribunales Constitucionales, Consejos y Tribunales Supremos de África, América, Asia, Australia/Oceanía y Europa.
En su discurso de clausura, Felipe VI señaló tres grandes desafíos en los que los tribunales constitucionales «desempeñan un papel crucial»: la preservación del «orden multilateral que surgió de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial»; la administración de las nuevas tecnologías y la IA cuyo desarrollo debe estar regido por el respeto a los derechos consagrados en las normas fundamentales y la Declaración Universal de los Derechos Humanos; y el «apremiante desafío global» que supone el cambio climático.
El Rey defendió «la justicia constitucional» como garante de «nuestra libertad» y afirmó que «es el último baluarte en la defensa del Estado de derecho».
El jefe del Estado hizo mención al patrimonio y la cultura, «productos tangibles e intangibles», «en los que nos reconocemos como país» y que son una «ventana al mundo». Así, mencionó el Quijote de Cervantes para ensalzar la libertad. También señaló Felipe VI que esa libertad es la «esencia central» de las constituciones y que ésta es «incompatible» con «el extremismo, el radicalismo, el odio y la intolerancia».
