Berlín, 13 mar (dpa) – La comedia policial de David Safier «Miss Merkel. El caso de la canciller jubilada» es una de las novelas alemanas más exitosas de los últimos años, así que era solo cuestión de tiempo que la historia llegara a la pantalla.
En el comienzo del filme, que la cadena alemana RTL estrenará mañana, Angela Merkel (interpretada por Katharina Thalbach), quien hasta hace poco era una de las mujeres más importantes de la política mundial, llega como jubilada a una pequeña provincia de Alemania.
Y está feliz por ello. En la primera escena, disfruta de un paseo por el bosque, alza las manos y grita: «¡Libertad! ¡Nunca más política!».
En la trama, Merkel no está del todo acomodada a su nueva residencia, apenas seis semanas desde su llegada, acompañada por su esposo Achim (Thorsten Merten), el suave custodio personal Mike (Tim Kalkhof) y el perro Helmut.
Por eso se alegra cuando Philipp von Baugenwitz (Thomas Heinze) la invita a una fiesta con vino en su castillo. Sin embargo, allí sigue siendo la canciller para el resto de invitados.
En dicho evento, la acción comienza a acelerarse. Durante un paseo por el castillo, Merkel descubre el cadáver del dueño del lugar. Evidentemente, el hombre fue envenenado, pero, ¿por qué la bodega en la que apareció está cerrada por dentro?
El comisario que acude de inmediato pretende catalogar el caso como suicidio, pero la excanciller cree que fue un crimen. Como mujer de acción se propone esclarecerlo ella misma. «Fui exitosa en la ciencia y en la política, ¿por qué no como detective?», se pregunta.
Es obvio que la actriz Katharina Thalbach disfruta mucho de encarnar a la exdirigente alemana como detective privada al estilo de las historias de Agatha Christie.
En su novela, Safier se basó en aspectos conocidos y en tópicos sobre su protagonista de manera muy efectiva. En declaraciones hechas al periódico «Weser-Kurier» tras la publicación del libro, contó: «Simplemente me divertí. De Angela Merkel se sabe, por ejemplo, que le gusta hornear. Pero no mucho más. Por eso es divertido imaginarse las cosas y dejar vía libre a la fantasía».
Por Axel Knönagel (dpa)