Weimar (Alemania), 28 ago (dpa) – Alemania entregó hoy en una ceremonia presencial y online la Medalla Goethe a los galardonados de este año.
En esta ocassión fueron la bailarina y coreógrafa china Wen Hui, la economista social camerunesa Marilyn Douala Manga Bell y el compositor japonés Toshio Hosokawa.
De los tres, solo Wen Hui pudo acudir de forma presencial a la ceremonia a causa de las restricciones por la pandemia de coronavirus, informó una portavoz del Instituto Goethe.
La medalla es la condecoración oficial alemana para personalidades que han prestado servicios destacados al intercambio cultural internacional y se entrega en la ciudad de Weimar coincidiendo con el día del nacimiento del escritor Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832), como parte del festival anual por su aniversario.
Wen Hui presentó este fin de semana en Weimar su documental sobre danza «I am 60» en el marco del evento. La coreógrafa nació en Pekín en 1960 y en 1994 fundó la primera compañía de danza teatral independiente de China.
Con su trabajo construye un puente entre los estilos de danza, desde el ballet revolucionario hasta la danza contemporánea, señalaron los organizadores en el discurso laudatorio. Y destacaron que en particular sitúa el cuerpo femenino en el centro de su obra y reclama así con delicadeza valorar el papel social de la mujer.
Por su parte, la princesa Marilyn Douala Manga Bel fue galardonada por sus «ideas de futuro para superar la injusticia colonial». La presidenta de la organización cultural camerunesa «doual’art» hace una importante contribución a la construcción de comunidades globales.
Su trabajo recuerda además que la reconciliación con el pasado colonial no consiste únicamente en la devolución de las obras de arte saqueadas o el pago de indemnizaciones, sino que también es necesaria una revisión histórica, se indicó.
Toshio Hosokawa está considerado uno de los compositores contemporáneos más conocidos de Japón. Recibió la medalla por su «inconfundible lenguaje musical», que creó a partir de la tensión entre la cultura occidental y la japonesa y que constata que en realidad no hay necesidad de generar esta división, se destacó.