(dpa) – La energía solar para los coches no es algo totalmente nuevo. Sin embargo, hace más de 20 años, cuando los primeros fabricantes de automóviles comenzaron a integrar módulos solares en los techos de sus limusinas de lujo, estos apenas alcanzaban a suministrar energía suficiente para propulsar el ventilador de refrigeración auxiliar.
Desde el avance triunfal de los vehículos eléctricos y el comienzo de la lucha por la máxima autonomía, la energía solar se ha convertido en un recurso del que se busca sacar mayor provecho.
Según el Instituto Fraunhofer para Sistemas de Energía Solar (ISE), con sede en la ciudad alemana de Friburgo, no se trata ni de una quimera ni de un juego.
«Para conseguir un suministro de energía sin CO2 en todos los sectores, debemos promover masivamente la expansión de la tecnología fotovoltaica, también más allá de los tejados de las casas y los espacios abiertos», afirma Andreas Bett, director del instituto.
«En el futuro, los módulos solares se integrarán aún más en nuestro entorno, también en los vehículos». Según los estudios del instituto, dependiendo del tamaño de la superficie utilizable y de la cantidad de luz solar, los coches con células fotovoltaicas en el techo podrían generar electricidad para tramos de más de 2.000 kilómetros.
La empresa emergente alemana Sono Motors acaba de presentar la versión definitiva de su pequeño modelo Sion, anunciado como el primer coche eléctrico autorrecargable. Cuando el coche salga a la venta, previsiblemente el año próximo o el siguiente, lo hará con casi 250 células fotovoltaicas ocultas en la carrocería.
Según el fabricante, estas garantizan, con buen tiempo, una recarga que permitirá al Sion recorrer hasta 35 kilómetros al día. El novedoso vehículo también puede cargarse como cualquier eléctrico enchufable y tiene una autonomía de hasta 255 kilómetros en ciclo WLTP.
Otra empresa emergente, esta de vez de los Países Bajos, presentó el año pasado su Lightyear One, mucho más elegante y diseñado para largas distancias.
Según el fabricante, este cupé plano y aerodinámico lleva cinco metros cuadrados de células solares en su carrocería, lo suficiente para recorrer hasta 70 kilómetros adicionales al día. Las ventas de este coche de cuatro puertas con una autonomía de hasta 725 kilómetros comenzarán este año.
La compañía estadounidense Aptera completa el trío de emergentes. Desde hace varios años, esta empresa trabaja en un inusual vehículo eléctrico de tres ruedas con una resistencia al aire extremadamente baja, y ahora le ha añadido paneles solares.
Según Chris Anthony, director de la empresa, las 180 células solares distribuidas en una superficie de tres metros cuadrados suministran la electricidad necesaria para recorrer casi 20.000 kilómetros al año, lo que permitiría a la gran mayoría de los clientes conducir sin tener que recargar el vehículo.
El comienzo de la producción de este pequeño automóvil diseñado como un avión sin alas está prevista para este año.
También acreditados fabricantes de producción en serie apuestan por la energía solar. Toyota ofrece su Prius híbrido enchufable equipado con un techo solar. Según el fabricante, el modelo garantiza cinco kilómetros adicionales de conducción eléctrica al día. Con 200 días de sol al año, esto sumaría más de 1.000 kilómetros.
Hyundai también ha incorporado esta tecnología en su modelo estadounidense Sonata. En el transcurso de este año, la firma coreana comenzará a comercializar en Europa el primer modelo de su nueva submarca eléctrica, y lo hará con el Ioniq 5, que presuntamente también equipará un techo solar para más autonomía.
En Japón, Toyota ya está experimentando con superficies significativamente mayores, montando los paneles solares en el capó y la tapa del maletero del Prius y consiguiendo así una producción eléctrica correspondientemente mayor.
Sin embargo, los prototipos no parecen especialmente elegantes y es probable que se vendan poco.
Los expertos del Instituto Fraunhofer, sin embargo, afirman que no tiene por qué ser así, y con orgullo hacen alusión a un techo solar desarrollado por ellos mismos que se puede pintar de cualquier color y se vuelve así casi invisible.
En un vehículo de gama media, este techo podría generar electricidad para recorrer hasta diez kilómetros adicionales al día.
Por Thomas Geiger (dpa)