Berlín, 23 jun (dpa) – El plan de emergencia del gas regula en Alemania el procedimiento a seguir si la situación del suministro amenaza con deteriorarse gravemente o si se produce un empeoramiento.
Existen tres niveles. Los hogares, pero también los hospitales y centros asistenciales, los bomberos y la policía, están especialmente protegidos en el tercer y más alto nivel, el de emergencia. Esto significa que su suministro debe garantizarse incluso mediante la intervención del Estado en el mercado.
Los tres niveles son el de alerta temprana, el de alarma y el de emergencia. En el primero, declarado hace unas semanas, se realizan preparativos. Por ejemplo, la Agencia Federal de Redes, como autoridad competente, elaboró los criterios según los cuales se distribuirá el gas en caso de emergencia.
La fase de alarma declarada hoy por el Ministerio de Economía se activa cuando se produce «una interrupción del suministro de gas o una demanda excepcionalmente alta de gas que provoca un deterioro significativo de la situación del suministro, pero el mercado sigue siendo capaz de hacer frente a esta interrupción o demanda».
El desencadenante de la actual situación fue que la empresa estatal rusa Gazprom redujo considerablemente las entregas a través del gasoducto Nord Stream del mar Báltico. Solo un 40 por ciento de la capacidad máxima de gas sigue fluyendo por esta vía.
En el nivel de emergencia se produce «una demanda de gas excepcionalmente alta, una interrupción importante del suministro u otro deterioro significativo de la situación del suministro». Las medidas del mercado no son entonces suficientes para satisfacer la demanda.
Como consecuencia de ello, el Estado debe intervenir, sobre todo para garantizar que la energía llegue a los «clientes protegidos»: hogares pero también hospitales, centros de atención y apoyo a personas discapacitadas, así como, por ejemplo, el cuerpo de bomberos, la policía y las fuerzas armadas.
Las medidas de emergencia incluyen órdenes de cierre a los clientes industriales o a los consumidores finales y de grandes cantidades para que reduzcan el consumo.
No se prevé una secuencia de cierre fija con respecto a los grandes consumidores o sectores individuales, pero hay criterios que guían a la Agencia Federal de Redes, como la urgencia de la medida, el tamaño de la empresa, los plazos de cierre o los daños económicos y empresariales previstos.