El Niño dejará temperaturas medias “sin precedentes” en la superficie de varias zonas del planeta hasta el próximo mes de junio, concretamente el golfo de Bengala, Filipinas, el mar Caribe, el Mar de la China Meridional y áreas del Amazonas y Alaska se verán afectados por el fenómeno climático.
Así lo sugieren varios investigadores en un artículo publicado en la revista ‘Scientific Reports’. El estudio indica que existe una probabilidad cercana al 90% de que se produzcan récords de temperaturas superficiales mundiales hasta junio en un escenario de episodio moderado o fuerte de El Niño.
El Niño-Oscilación del Sur, centrado en el Pacífico tropical, es un factor clave de la variabilidad climática en todo el mundo. Tanto su fase cálida (El Niño) como la fría (La Niña) influyen en las condiciones climáticas. El calor liberado a la atmósfera desde el Pacífico occidental durante un episodio de El Niño causa un aumento acelerado de las temperaturas medias globales anuales en la superficie.
Congwen Zhu, de la Academia China de Ciencias Meteorológicas, y sus colegas modelaron los efectos de El Niño de actual temporada (julio de 2023 a junio de 2024) sobre la variación regional en las temperaturas medias del aire en la superficie a partir del promedio entre 1951 y 1980. Emplearon ese periodo para garantizar que se incluyera el pico típico de El Niño, habitual entre noviembre y enero.
En un escenario moderado de El Niño, los modelos prevén que habrá temperaturas récord en la superficie del golfo de Bengala y Filipinas.
Con un episodio fuerte de El Niño, el mar Caribe, el Mar de la China Meridional y zonas del Amazonas y Alaska también experimentarían temperaturas medias sin precedentes en su superficie.
ENTRE 1,03 Y 1,20 GRADOS
Ante un escenario moderado, la superficie media se calentaría entre 1,03 y 1,10 grados por encima de la media entre 1951 y 1980, mientras que ese rango estaría entre 1,06 y 1,20 grados en el escenario fuerte.
Los autores recalcan que esos récords de temperatura desafían la capacidad actual de las regiones para hacer frente a las consecuencias del exceso de calor y pueden conducir a un aumento significativo en la probabilidad de episodios climáticos extremos (como incendios forestales, ciclones tropicales y olas de calor), sobre todo en áreas oceánicas y costeras donde la mayor capacidad calorífica del océano hace que las condiciones climáticas persistan durante periodos prolongados de tiempo.
Fuente: SERVIMEDIA