Los Ángeles, 18 mar (dpa) – En plena celebración con sus compañeros tras encestar el tanto del triunfo en los últimos segundos, el jugador alemán de baloncesto Maxi Kleber temió por su salud, pero en el vestuario de los Dallas Mavericks volvió a ser el centro de los festejos.
«Recibes un baño de agua. Estaba super fría», declaró el jugador oriundo de Würzburg a dpa tras anotar los últimos seis puntos y encestar el triple que sentenció el partido en el que los Mavericks ganaron a Los Ángeles Lakers por 111 a 110 el viernes por la noche, de visitante.
«Cuando atravesó la red yo ya estaba muy exultante», dijo Kleber. «Entonces vi a todos corriendo hacia mí y me puse un poco en posición defensiva. Y entonces todos se subieron encima mío, como una montaña humana. Fue un momento muy especial».
Nunca antes en su carrera Kleber había logrado un tiro semejante.
Incluso, para los Mavericks eso lo suelen hacer otros jugadores como el actualmente lesionado Luka Doncic o Kyrie Irving. Pero Irving estaba bajo la presión del jugador de los Lakers y capitán de la selección alemana de baloncesto, Dennis Schröder, que su única opción fue pasarle el balón a Kleber. El número 42 de los Dallas aprovechó la oportunidad a escasas fracciones del segundo final.
«Maxi estaba en el lugar adecuado en el momento adecuado», elogió el entrenador de los Mavericks, Jason Kidd, y se mostró feliz por una victoria de crucial importancia en el camino hacia los playoffs. Los Mavericks igualaron a los Golden State Warriors en la lucha por el acceso directo.
Para Kleber, el festejo también fue especialmente valioso porque dos días antes había permitido la prórroga contra los San Antonio Spurs con dos errores al final. Además, aún no ha recuperado totalmente el ritmo tras un parón de más de dos meses por una lesión de ligamentos que lo obligó a pasar por quirófano.
«Ahora he tenido un bajón y un subidón uno tras otro», dijo. «No importa lo feas o bonitas que sean las victorias. Solo tenemos que encontrar la manera», instó. «Que haya generado un final feliz en la ciudad de Hollywood fue una sensación impresionante».
Por Maximilian Haupt (dpa)