(EP) – El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, ha condenado este martes los planes anunciados por el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y el líder turcochipriota, Ersin Tatar, para reabrir Varosha, un distrito de la localidad de Famagusta que ha permanecido cerrado desde la guerra de 1974 y que implica un nuevo punto de fricción política entre distintos países.
«Estados Unidos considera que las acciones turcochipriotas en Varosha, con el apoyo de Turquía, son provocadoras, inaceptables e incompatibles con sus compromisos adquiridos», ha dicho el secretario en un comunicado.
En este sentido, ha anunciado que Estados Unidos «está trabajando con socios para remitir esta situación preocupante al Consejo de Seguridad de la ONU» así como de que llevará a cabo «una respuesta enérgica».
Asimismo, ha reiterado la condena sobre todas las acciones llevadas a cabo desde 2020 por Tatar con el apoyo turco en lo referente a Varosha y ha subrayado la importancia «de evitar acciones unilaterales provocativas» y de «reanudar las conversaciones sobre el arreglo de Chipre de conformidad con las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU».
«Seguimos apoyando una solución amplia dirigida por chipriotas para reunificar la isla en beneficio de todos los chipriotas y de la región en general», ha zanjado.
Tatar, cercano a Ankara, ha afirmado que las autoridades tienen la intención de retirar el estatus militar de dicha parte de Famagusta, algo que ha sido condenado por las autoridades griegas.
El anuncio ha tenido lugar durante una visita de dos días por parte de Erdogan a la isla, donde ha asegurado que hará frente a los «enemigos de los turcochipriotas» en una clara alusión a Mitsotakis.
Varosha –Maras para los turcos– quedó sellada y, por tanto, deshabitada, en la guerra que partió la isla de Chipre tras la invasión de las tropas de Turquía. Durante décadas, la localidad de Famagusta ha formado parte de las negociaciones y las polémicas entre las dos partes.