(dpa) – En el sector de la movilidad existe un amplio abanico de aplicaciones que facilitan el día a día del conductor, ya sea planificando rutas, informando del estado de la carretera o bien del pronóstico del tiempo.
También las marcas de automóviles han comenzado a desarrollar y publicar sus propias aplicaciones, por ejemplo, para planificar la ruta desde el teléfono móvil y transmitirla al sistema de navegación del vehículo. Pero, ¿es este el mejor ejemplo o hay más funciones útiles en la oferta de los fabricantes?
«Casi todos los fabricantes ofrecen aplicaciones vinculadas a sus vehículos. Sin embargo, la mayoría de estas cuentan con pocas y austeras funciones», afirma Luca Leicht, de la revista especializada alemana «auto motor und sport».
El experto ve pocas ventajas en las aplicaciones que ofrecen los fabricantes de automóviles: «Reservar una cita en el taller por Internet puede estar bien, pero es algo que sucede más bien con poca frecuencia», señala, y añade que para muchos conductores, especialmente los de vehículos de empresa, sería más interesante disponer de un cuaderno de bitácora digital.
Algunas aplicaciones de los fabricantes permiten buscar la ubicación del coche, abrir o cerrar ventanillas y bloquear o desbloquear las puertas. También pueden ser útiles para comprobar el nivel de combustible y la autonomía restante. Algunos fabricantes, como Mercedes-Benz o Mini, ofrecen en sus aplicaciones información adicional sobre el motor, como la aceleración, la carga del motor o la temperatura del aceite y del agua.
Los asistentes de aparcamiento inteligente o aparcamiento por control remoto, como los de BMW, Hyundai, Tesla o Mercedes, simplifican el estacionamiento en espacios reducidos. Estos asistentes guían el vehículo a distancia hasta la plaza de aparcamiento a través de una aplicación en el móvil o también con una llave especial.
«En el caso de determinados vehículos, como los eléctricos, las aplicaciones pueden servir para leer el estado de carga actual de la batería y preacondicionar el coche. Eso es un verdadero valor añadido», asevera Luca Leicht.
Por preacondicionamiento se entiende la regulación del estado de carga de la batería del coche eléctrico y de la temperatura en el vehículo hasta alcanzar el nivel óptimo o deseado antes de la salida. El experto considera que la posibilidad de transferir una ruta del teléfono móvil al sistema de navegación del coche también ahorra tiempo y es más fácil en la puesta en práctica.
Leicht critica que los conductores no siempre son conscientes de que sus datos son enviados al propietario del vehículo, lo que suele ocurrir cuando la aplicación está asociada al vehículo y no vinculada al usuario. Por lo tanto, recomienda leer las directrices de uso y protección de datos antes de instalar la aplicación.
Sven Hansen aprecia sobre todo la conectividad de los coches a través de aplicaciones y ecosistemas propios. El redactor de la revista alemana especializada en informática «c’t» considera que las ventajas son, entre otras, las funciones adicionales y las actualizaciones inalámbricas «over the air». «Estas permiten actualizar el sistema del vehículo, corregir errores o integrar nuevas funciones», explica Hansen. Además, contribuyen a aumentar la seguridad del vehículo, y los conductores ya no tienen que hacer viajes extra al taller.
Entre las funciones de las aplicaciones de los fabricantes de automóviles, Hansen considera útiles solo unas pocas: entre ellas, el sistema de bloqueo, la búsqueda de la ubicación o hacer sonar el claxon o encender las luces para volver a encontrar el coche en los grandes aparcamientos.
En el caso de los vehículos eléctricos, añade, es muy útil controlar el proceso de carga de la batería: «La aplicación informa al conductor cuando el coche está completamente cargado. En algunos aparcamientos públicos hay que pagar una tarifa adicional cuando el coche eléctrico completamente cargado permanece demasiado tiempo en el punto de recarga».
Para Hansen, el factor decisivo para el uso de las aplicaciones y los ecosistemas digitales de los fabricantes es el manejo de los datos. «Las funciones deben presentarse de forma transparente, el usuario debe saber qué datos fluyen hacia dónde», señala. en los sistemas bien diseñados se puede visualizar la información y desactivar los servicios. Lo ideal es que el cliente tenga el control total del sistema.
Para Jan Burgard, gerente de la consultora alemana Berylls, las aplicaciones de los fabricantes solo tienen sentido si facilitan y apoyan la conducción: «Son especialmente interesantes cuando el coche no reacciona a las órdenes del conductor, sino que hace sugerencias de forma proactiva y facilita la vida cotidiana», explica.
A modo de ejemplo, el ejecutivo señala que puede tratarse de una indicación acerca de tomar una salida anterior a la prevista en la autopista porque, de lo contrario, no se podría llegar a la siguiente cita a tiempo debido a un atasco o a la necesidad de parar en la ruta para cargar la batería.
Por Fabian Hoberg (dpa)