(dpa) – «En qué situaciones los conductores se pueden dejar llevar por la música o seguir un debate (en una red social) depende mucho de la ruta», asevera Ulrich Chiellino, psicólogo especializado en tráfico y seguridad vial del automóvil club alemán ADAC.
«En una zona residencial, la conducción requiere plena concentración; en una autopista con tráfico fluido, los pilotos pueden dejar que su mente divague», añade el experto.
En los viajes largos, prosigue, el reto consiste más bien en que el conductor encuentre un equilibrio entre el tedio y el estrés, ya que ambos son perjudiciales para la concentración.
Para romper la monotonía, muchos conductores encienden la radio, hablan por teléfono o escuchan pódcast. Según Chiellino, las discusiones o conversaciones intensas sobre temas complejos son menos adecuadas para la conducción.
«Cuando los conductores están activamente involucrados en algo distinto a la conducción, su percepción del entorno se reduce. La atención se desvía y el conductor puede tardar más en recuperar el dominio de la conducción en situaciones críticas».
El psicólogo opina que el hecho de tener que interrumpir constantemente las actividades que se realizan en paralelo para concentrarse en la tarea de conducir pueden llevar además a un sentimiento de frustración.
Thomas Kiehl, escritor de novelas policíacas y moderador de la red social de chat de audio Clubhouse, piensa que en las salas de debate de las redes sociales hay además otro problema: «En Clubhouse, las contribuciones a los debates no son muy diferentes de las contribuciones en la radio, audiolibros o pódcast».
Kiehl precisa que, cuando no se está participando activamente en la discusión, la diferencia radica principalmente en el manejo de la aplicación. Por supuesto, esto también se aplica a las salas de chat de audio dentro de Twitter, los así llamados Twitter Spaces.
La selección de la sala se hace, por supuesto, en la aplicación, al igual que el «levantar la mano» si se quiere opinar en la sala virtual. Para ello, es necesario manejar la aplicación.
«Por lo tanto, los conductores deberían configurar Clubhouse antes de salir, como si fuera una emisora de radio», aconseja Kiehl. Aquellos que quieran opinar en un debate durante la marcha, deberán detener el vehículo para manejar el móvil.
A los conductores que solo escuchan, Kiehl recomienda: «Si se tiene la sensación de no haber entendido un pasaje, no se debe retroceder para volver a reproducirlo, ni tampoco estrujarse el cerebro para comprenderlo, ya que ambos perturban la concentración mientras se conduce».
Uwe Lenhart, abogado especializado en legislación sobre tráfico y circulación, también aconseja precaución en cuanto al manejo de teléfonos móviles en el coche: «El conductor no puede coger o sujetar el móvil con la mano».
Además, advierte que los interruptores del sistema multimedia del vehículo, incluidas las aplicaciones integradas, solo pueden pulsarse brevemente.
Lo ideal es utilizar el control por voz y las funciones de lectura en voz alta, siempre que estén disponibles. Los conductores solo pueden utilizar su teléfono móvil u otros dispositivos cuando el motor está apagado.
Independientemente de lo que se escuche durante la conducción, el volumen no debe estar demasiado alto.
«Poner la música demasiado alta o llevar auriculares en el vehículo crea una «pérdida de audición» artificial y perjudica la seguridad vial», explica Lenhart, y añade que, en estos casos, falta un sentido fundamental para percibir los sonidos que son importantes para evaluar los flujos de tráfico.
Según el abogado, no escuchar a un vehículo de emergencia que se aproxima, ya sea de la policía, los bomberos o los servicios de rescate, puede producir un accidente.
Las infracciones pueden dar lugar a una multa; un accidente puede derivar en una denuncia por lesiones corporales causadas por negligencia del conductor. Desde el punto de vista de la ley de seguros, puede haber responsabilidad conjunta o única.
Así y todo, este experto en legislación vial no cree que escuchar discusiones y debates en las salas virtuales restrinja la atención del conductor.
Ya sea música, temas de debate interesantes, un informe, un audiolibro, las noticias de la radio o un pódcast entretenido: aunque todos ellos desencadenan emociones, no son perjudiciales para la seguridad de la conducción cuando solo se escuchan.
Por el contrario: «En los viajes largos, una equilibrada selección de contenidos aumenta la concentración», asegura el psicólogo Chiellino. Y hay algo que no se debe olvidar: el silencio también puede ofrecer variedad y relajación en el coche.
Por Fabian Hoberg (dpa)