Washington, 4 mar (dpa) – El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el canciller alemán, Olaf Scholz, reiteraron su compromiso de apoyar a Ucrania, en una reunión privada que mantuvieron en la Casa Blanca este viernes.
La segunda visita del canciller a Washington en los casi 15 meses transcurridos desde que asumió el cargo fue breve y centrada en su encuentro con Biden. Scholz estuvo por primera vez a principios de febrero del año pasado y también entonces Ucrania desempeñó un papel central.
En aquel momento, decenas de miles de soldados rusos ya se habían apostado en la frontera ucraniana. Dos semanas después, el 24 de febrero de 2022, Rusia invadió Ucrania.
A medida que la guerra se adentra en su segundo año, Estados Unidos y Europa se enfrentan a importantes cuestiones relacionadas con el suministro continuado de armas y municiones, además de las garantías de seguridad que pueden ofrecer a Ucrania -que espera ingresar en la Unión Europea y la OTAN a largo plazo-.
Tampoco está claro cómo responderán Biden y Scholz a las exigencias de algunos sectores de que Occidente presione para que se celebren conversaciones de paz que pongan fin al derramamiento de sangre, o sobre cómo sancionar a China si suministra armas a Rusia.
Sin embargo, gran parte de lo que se debatió durante la reunión de una hora del viernes permaneció a puerta cerrada.
En un breve comunicado emitido tras las conversaciones, la Casa Blanca se limitó a decir que Biden y Scholz hablaron de «los esfuerzos en curso para proporcionar seguridad, ayuda humanitaria, económica y política a Ucrania y la importancia de mantener la solidaridad mundial con el pueblo de Ucrania», así como de «otras cuestiones globales».
Scholz ha dicho en varias ocasiones que cree que su gobierno debe estar en sintonía con la administración Biden en lo que respecta al envío de ayuda militar a Ucrania.
Tras resistirse durante meses a las peticiones de Kiev y de los aliados de la OTAN, Berlín accedió a principios de este año a enviar sus carros de combate Leopard a Ucrania.
«Quiero darles las gracias a todos por su liderazgo fuerte y firme. Lo digo sinceramente. Ha supuesto una gran diferencia», dijo Biden a Scholz en el Despacho Oval antes de que se cerraran las puertas y comenzara la reunión programada.
«Usted dio un paso al frente para proporcionar un apoyo militar fundamental y yo diría que, más allá de su apoyo militar, el apoyo moral que ha dado a los ucranianos ha sido profundo», dijo Biden.
El presidente también calificó como históricas las decisiones de Alemania de aumentar de manera drástica el gasto en defensa y la decisión de Scholz de abandonar a Rusia como suministrador de combustibles fósiles.
El viaje del canciller a Washington se ha descrito como una visita de trabajo entre dos aliados en tiempos difíciles, pero el jefe de Gobierno alemán voló sin el acompañamiento de periodistas ni delegación empresarial, como es habitual en estos casos.
Los líderes tampoco celebraron una rueda de prensa tras su reunión, lo que ha generado cierta sorpresa y preguntas sobre los motivos.
El apoyo conjunto a Ucrania durante el último año ha sido fundamental, dijo Scholz durante un breve encuentro con la prensa antes de las conversaciones. «Es realmente importante que hayamos actuado juntos», afirmó.
«En este momento creo que es muy importante que demos el mensaje de que seguiremos haciéndolo mientras sea necesario», agregó.
Scholz también subrayó la buena marcha de las relaciones bilaterales con Estados Unidos.
La Casa Blanca y la Cancillería habían dado versiones contradictorias sobre cómo se había producido el envío de carros de combate a Ucrania. El asesor de seguridad nacional de Biden, Jake Sullivan, afirmó el pasado fin de semana que Alemania había puesto como condición el suministro también de vehículos de combate Bradley estadounidenses, algo que el gobierno alemán negó.
La oposición en Berlín sospecha que estas divergencias podrían ser el motivo del viaje exprés. Hay «toda una serie de contradicciones». Quizá quieran hablar de estas contradicciones», dijo Friedrich Merz, líder de los conservadores de la CDU.
Ambos líderes evitaron comentar además otro tema espinoso: el proyecto de ley de lucha contra la inflación en Estados Unidos. Biden lanzó hace unos meses un programa de inversiones multimillonarias para la protección del clima.
La ley vincula sin embargo muchas subvenciones y créditos fiscales al hecho de que las empresas utilicen productos estadounidenses o produzcan ellas mismas en Estados Unidos, lo que ha generado tensiones con los países europeos.