Mönchengladbach (Alemania), 28 dic (dpa) – Berti Vogts es uno de los protagonistas más exitosos del fútbol alemán, su palmarés incluye la Copa Mundial como jugador y la Eurocopa como entrenador, pero al celebrar sus 75 años este 30 de diciembre, el ex defensa evita ser el centro de atención.
Vogts siempre estuvo eclipsado por astros más carismáticos de la selección alemana, entre ellos Günter Netzer y Franz Beckenbauer.
El ex jugador celebrará en privado y descarta un regreso al gran escenario del fútbol en un papel protagónico. «Si hago algo, será como máximo como asesor», comentó al diario «Bild».
Su colección de títulos es impresionante, a pesar de que las condiciones en las que se inició no podían ser peores. A los 13 años, Vogts quedó huérfano cuando su padre murió un año después que su madre.
Gracias a su irrefrenable ambición, a su gran disciplina y a la ayuda de Hennes Weisweiler, entonces entrenador del Borussia Mönchengladbach, Vogts contribuyó a los grandes éxitos del club con dos victorias en la Copa de la UEFA, cinco títulos de la Bundesliga y una victoria en la Copa Alemana.
La aparición en público nunca fue uno de sus puntos fuertes, algo que podría haber contribuido a que los méritos de Vogts solo se apreciaran de forma limitada en los medios de comunicación.
Sin embargo, goza de la más alta estima por parte de antiguos compañeros como Netzer: «La gente dice que fui el jugador más valioso del Borussia Mönchengladbach. No lo fui. Yo solo era el más glamuroso que daba el gran espectáculo. Sin embargo, Berti fue el jugador más valioso», confesó Netzer a la revista deportiva «Sport Bild».
Vogts, un defensa que era temido por sus rivales por su carácter inflexible y al que los medios de comunicación llamaban «terrier», ganó el premio al mejor futbolista del año en Alemania en 1971 y 1979.
Sus inolvidables duelos con la superestrella Johan Cruyff en la final del Mundial de 1974 contra Países Bajos le valieron el reconocimiento internacional.
Recordar esos momentos sigue siendo un placer para Vogts: «Cuando entró en el campo, le indiqué que iba a jugar contra él. Hizo una señal que debía interpretarse como ‘Oh, Dios mío'».
Pero lo delgada que puede ser la línea entre el honor y la humillación en el fútbol profesional fue algo que Vogts llegó a sentir más tarde como entrenador.
El hecho de asumir el cargo de seleccionador nacional como sucesor del entonces brillante Beckenbauer, hizo que la tarea, ya de por sí complicada, fuera aún más difícil.
Cuando Alemania, entonces campeona del mundo, perdió en cuartos de final contra la modesta Bulgaria en Estados Unidos en 1994 bajo la dirección de Vogts, el periódico Bild publicó una gran carta de dimisión ficticia con el titular «Berti, firma aquí».
El triunfo en la Eurocopa con la selección alemana apenas dos años después en Inglaterra dio una gran satisfacción al hasta entonces denostado ex internacional.
Pero ya después de la eliminación en cuartos de final del Mundial de Francia 1998, el seleccionador volvió a ser puesto en la picota y dimitió poco después.
En sus últimos años en el fútbol profesional, Vogts pasó brevemente como técnico del Bayer Leverkusen y entrenó a las selecciones nacionales de Kuwait, Escocia, Nigeria y Azerbaiyán.
En realidad, Vogts puede mirar hacia atrás y ver con satisfacción el impresionante trabajo de su vida como futbolista y entrenador.
Pero su tensa relación con el club de su corazón nubla tal restrospectiva. En una entrevista concedida a la red editorial «G14plus» con motivo de su 75 cumpleaños, Vogts se distanció del Gladbach.
Molesto por lo que considera un trato distanciado del club de la Bundesliga hacia sus antiguos astros, Vogt señaló sin tapujos: «A veces se me ocurre que debería haber hecho las cosas de otra manera en mi carrera, en lugar de permanecer fiel durante 14 años a un club que ahora no quiere saber nada de sus leyendas. El tema ha terminado para mí».
Por Heinz Büse (dpa)