Bad Hindelang (Alemania), 18 mar (dpa) – Los aficionados a la agricultura alpina se hicieron escuchar hoy en Algovia, al suroeste de Baviera, durante su intento por romper el récord mundial de cencerros.
«Establecimos un récord mundial extraordinario con 2.357 cencerros. Fue increíble», describió el director de turismo de Bad Hindelang, Max Hillmeier. Según él, la gran participación demuestra la importancia de las campanas como bien cultural en la zona.
«Es un gran testimonio de la economía alpina de Algovia y muestra su importancia para nuestra región», dijo Hillmeier. «Esto es lo que forma nuestro ADN y es la identidad propia de nuestra región».
Según Hillmeier, los participantes en el intento de récord eran principalmente agricultores de las zonas montañosas y alpinos de la región. Pero otros residentes también pidieron campanas prestadas a los agricultores para apoyar la acción.
El funcionario agregó que solo en Bad Hindelang hay 46 zonas de pastoreo con una superficie de unas 8000 hectáreas, lo que supone el 56 por ciento de la superficie del municipio.
Los cencerros, así como 20 cuernos alpinos, sonaron entre las dos carreras finales de la Copa del Mundo de Telemark, que es una disciplina especial de esquí alpino.
Con la cifra notariada, los habitantes de Hindelang quieren solicitar ahora su inscripción en el Libro Guinness de los Récords. La marca a vencer fue una acción de Suiza, donde 640 campanas para ganado sonaron en Boswil en 2009.
Pero los dos son solo comparables hasta cierto punto: Los cencerros que se oyen habitualmente en Algovia no son, en sentido estricto, campanas.
Los cencerros se forjan a partir de láminas de metal, mientras que las campanas se funden. Los cencerros y las campanas difieren, por tanto, en la forma y también en el sonido. Solo en ocasiones especiales, como al final de la temporada estival, se cuelga de vez en cuando una magnífica campana alrededor del ganado en Algovia.