Berlín, 17 ago (dpa) – La Oficina Federal para la Protección de la Constitución, el servicio de inteligencia interior alemán, prevé un aumento de las actividades de propaganda y espionaje rusas en los próximos meses, según anunció hoy.
«Rusia está utilizando las cuestiones relacionadas con el suministro energético de Europa, en particular, como una palanca híbrida», anunció la entidad.
En un comunicado también dijo que la difusión selectiva de información falsa, por ejemplo sobre la escasez de gas y el aumento de los precios, era un intento de atizar en Alemania el temor a la escasez de energía y alimentos que podría amenazar la existencia del país.
«Es probable que la propaganda rusa aumente en el entorno extremista y alimente las narrativas conspirativas con el objetivo de abrir una brecha en nuestra sociedad», continúa el informe.
También se agrega que es de esperar que el Estado ruso «intensifique y adapte aún más sus esfuerzos de reconocimiento político y militar».
Según el servicio de inteligencia, la guerra de agresión rusa contra Ucrania y sus efectos sobre la economía y la situación de abastecimiento en Alemania albergan fundamentalmente un alto potencial de instrumentalización por parte de extremistas.
El informe subraya que se observa que diversos actores «se centran cada vez más en el contenido de este conjunto de cuestiones» y quieren utilizarlo para la movilización.
Dado que esto afecta tanto a los extremistas de derecha como de izquierda, así como a los enemigos de la Constitución que no pueden asignarse a ninguna de las dos categorías, la Oficina ha creado una unidad de «evaluación especial» para controlar estas actividades.
Sin embargo, la magnitud de las posibles protestas antiestatales futuras no puede predecirse seriamente en la actualidad, según la entidad, entre cuyas tareas se halla «observar si las protestas legítimas son secuestradas por los enemigos de la democracia para sus propios fines», tal como señaló Thomas Haldenwang, presidente de la Oficina para la Protección de la Constitución.
En julio, la ministra de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock, ya advirtió de «levantamientos populares» en caso de que no se suministrara gas, pero luego ella misma relativizó esta afirmación y la calificó de exagerada.
Haldenwang dijo que la entidad que dirige estaba observando que una minoría radicalizada se estaba posicionando para utilizar la guerra en Ucrania, el aumento de los precios y la pandemia de coronavirus para movilizarse.
Sin embargo, subrayó que, «hasta ahora, no hay indicios de protestas generalizadas contra el Estado ni de disturbios masivos violentos».