Berlín, 29 mar (dpa) – El secretario de Estado del Ministerio alemán de Cooperación Económica y Desarrollo, Jochen Flasbarth, abogó por un escrutinio lo más exhaustivo posible de los éxitos y fracasos de los proyectos globales financiados por Alemania.
La política de desarrollo «hace aguas», sostuvo hoy Flasbarth al ser presentado en Berlín el informe de evaluación de la Sociedad Alemana de Cooperación Internacional (GIZ) correspondiente a 2022.
Flasbarth señaló como factores determinantes para esta situación las consecuencias de la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania, así como las tensiones en muchas sociedades, también en Alemania, donde también se cuestiona y critica el gasto en cooperación al desarrollo.
«Y por eso debemos ser capaces de demostrar muy bien que el dinero que gastamos en cooperación al desarrollo está bien gastado, que se gasta eficientemente, que logramos éxitos con él y, si es posible, también ser capaces de mostrar qué éxitos podemos lograr y hasta qué punto», dijo Flasbarth, que también preside el consejo de supervisión de la GIZ.
Esto incluye asimismo mostrar «dónde no estamos logrando ningún éxito o dónde los éxitos son menores de lo que podríamos haber logrado», destacó.
La GIZ presentó su informe de evaluación, según el cual los proyectos recibieron una calificación media de 2,3 puntos en una escala del 1 al 6, en la que el 1 es la mejor puntuación. Esto se corresponde con el resultado del último informe de evaluación de 2020.
Para el informe actual, la GIZ evaluó 207 proyectos. La entidad se remitió al trabajo de expertos independientes que habían realizado evaluaciones según las normas reconocidas a nivel internacional de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
De acuerdo con la evaluación, los proyectos en las áreas de clima y energía (calificación 2,16) y fomento de la economía y el empleo (calificación 2,16) obtuvieron resultados especialmente buenos.
Se identificó una necesidad de mejora en la digitalización y en hacer que los proyectos sean sostenibles desde el principio, es decir, planificar también para después de que finalice la financiación de la GIZ.