Berlín, 3 ene (dpa) – Alemania ingresó unos 13.200 millones de euros (14.080 millones de dólares) por la venta de derechos de contaminación por dióxido de carbono en 2022, superando el récord de 12.500 millones de euros registrado el año anterior.
El monto, procedente del comercio de emisiones europeo (6.800 millones de euros) y nacional (6.400 millones de euros), va a parar íntegramente al Fondo para el Clima y la Transformación (KTF).
El fondo se utiliza para fomentar el desarrollo de la electromovilidad, el establecimiento de la industria del hidrógeno y medidas de eficiencia energética, según informó hoy en Berlín la Autoridad de Comercio de Derechos de Emisión.
«La tarifación del CO2 mediante el comercio de derechos de emisión es una palanca crucial para alcanzar los objetivos climáticos», declaró el presidente de la Agencia Federal de Medio Ambiente, Dirk Messner.
En el contexto del cambio climático, el precio puesto a las emisiones de dióxido de carbono pretende incentivar a empresas y consumidores a utilizar menos combustibles fósiles.
A las centrales eléctricas, las grandes instalaciones industriales y el tráfico aéreo intraeuropeo se les exigen los permisos europeos: tienen que entregar un certificado a la Autoridad de Comercio de Derechos de Emisión por cada tonelada de CO2 emitida. Pueden adquirir estos derechos de contaminación en subastas en la bolsa de energía de Leipzig, entre otros lugares.
La cantidad de derechos disponibles se reduce anualmente para ir limitando cada vez más las emisiones. Una reforma del comercio europeo de derechos de emisiones acordada a mediados de diciembre prevé, entre otras cosas, que el número de derechos de contaminación en circulación se reduzca ahora más rápidamente de lo previsto.
Los precios de los certificados europeos han subido en los últimos años. Mientras que en 2020 un certificado costaba una media anual de algo menos de 25 euros por tonelada de CO2, en 2022 se tuvo que pagar una media de 80 euros.
El sistema alemán de comercio de derechos de emisión se puso en marcha en 2021, en tanto que el europeo comenzó ya en 2005. Para la emisión de los certificados nacionales alemanes de 2022 y 2023 se estableció un precio fijo de 30 euros.
La llamada tasa de CO2 pretende contribuir a reducir las emisiones de CO2 perjudiciales para el clima en los sectores de la calefacción y el transporte.