Wunstorf (Alemania), 10 feb (dpa) – El Gobierno alemán prometió hoy a Turquía nuevas entregas de ayuda para los afectados por el reciente terremoto.
«Estamos al lado de Turquía», declaró la ministra alemana del Interior, Nancy Faeser, en el aeropuerto militar de Wunstorf, cerca de Hannover, que visitó junto con el ministro germano de Defensa, Boris Pistorius.
Desde Wunstorf, los aviones de transporte de la Fuerza Aérea alemana (Luftwaffe) transportan toneladas de ayuda humanitaria a Turquía.
«Volaremos el tiempo que sea necesario», subrayó Pistorius. «Esto continuará durante los próximos días». El jueves volaron a Turquía tres aviones A400M con unas 50 toneladas de material. El ministro apuntó que habrá tres vuelos más el viernes con un total de unas 40 toneladas.
Agregó que tiendas, camas, sacos de dormir, mantas, calefactores y generadores son los principales artículos transportados. Las Fuerzas Armadas (Bundeswehr), dijo, están haciendo su contribución «de forma fiable, rápida y sin burocracia».
Por el momento, los vuelos se dirigirán a la base aérea de la OTAN en Incirlik. En un principio, los suministros debían ser transportados a Gaziantep, que está más cerca del centro del seísmo. Sin embargo, la fuerza aérea anunció el jueves que había problemas de capacidad.
Tanto Faeser como Pistorius se manifestaron consternados por la magnitud de la catástrofe natural, que se ha cobrado la vida de al menos 21.000 personas. «Estamos profundamente conmocionados por las imágenes procedentes de Turquía y Siria», aseguraron.
La ministra del Interior dio las gracias a los equipos de rescate en la zona del seísmo, en la frontera turco-siria, y se declaró «profundamente conmovida» por la voluntad de ayuda de la población alemana, «especialmente también de las personas de origen turco o sirio».
A primera hora de la mañana del lunes, un seísmo de magnitud 7,7 en la escala Richter sacudió la zona fronteriza entre Turquía y Siria. El lunes por la tarde se produjo otro seísmo de magnitud 7,6 en la misma región. Según el Instituto de Tecnología de Karlsruhe (KIT), dichos seísmos se encuentran probablemente entre los 20 más mortíferos del mundo desde 1900.