Manaos (Brasil), 2 ene (dpa) – Las esperanzas del Gobierno alemán para revertir la situación en la región del Amazonas recaen ahora sobre el nuevo mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.
En los últimos cuatro años, durante el mandato de Jair Bolsonaro, se redujeron 45.586 kilómetros cuadrados de selva amazónica, según cálculos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) de Brasil.
Las especies y la protección del clima no fueron un tema para el expresidente derechista Bolsonaro, quien el 1 de enero fue sustituido por Lula da Silva.
El presidente germano, Frank-Walter Steinmeier, viajó a Brasilia para asistir a la toma de posesión del nuevo jefe de Estado de Brasil y horas más tarde se trasladó a Manos junto con la ministra alemana de Medio Ambiente, Steffi Lemke.
«Es importante para todos que preservemos los pulmones verdes de la tierra, las selvas tropicales del Amazonas», destacó Steinmeier antes de visitar hoy el centro de seguimiento de la deforestación en Manaos y la estación de investigación ATTO en la selva amazónica.
La estación está gestionada conjuntamente por científicos alemanes y brasileños, quienes investigan las complicadas interacciones entre la selva tropical y el clima.
La selva amazónica se extiende por nueve países sudamericanos, de los cuales Brasil posee la mayor parte.
Según la organización conservacionista WWF, la selva tropical más extensa del mundo, con siete millones de kilómetros cuadrados, absorbe el 12 por ciento del agua dulce del planeta y alberga el diez por ciento de las especies de la Tierra.
WWF señaló que ya se destruyó alrededor del 20 por ciento de la selva amazónica y advirtió que si se devasta el 25 por ciento del Amazonas se alcanzaría el punto de no retorno y el sistema dejaría de ser salvable.
El Amazonas se convertiría entonces en una estepa correspondiente a una superficie del tamaño de Francia, España, Suecia, Alemania y Finlandia juntas.
Por su parte, la ministra alemana de Medio Ambiente dijo que con el nuevo Gobierno brasileño, la comunidad internacional tiene la oportunidad de detener uno de los puntos de inflexión más importantes de la catástrofe climática.
«Si se alcanza el punto de inflexión amazónico, fracasaría uno de los reguladores climáticos más importantes para nuestro globo. Eso provocaría graves alteraciones en el sistema climático que no podemos predecir con exactitud, pero que afectarían a todo el planeta», exhortó Lemke.
Los expertos opinan que los objetivos internacionales de protección del clima son inalcanzables si se siguen diezmando los pulmones verdes del planeta a causa de la deforestación.
Si bien Lula no mantuvo una política realmente ecológica durante sus dos primeros mandatos, de 2003 a 2011, desde que fue elegido por tercera vez a finales de octubre ya dio algunas señales que fueron recibidas de un modo muy positivo en Berlín.
En la Conferencia Mundial sobre el Clima celebrada en Sharm el Sheij en noviembre, el flamante mandatario brasileño anunció su intención de poner en primer plano la lucha contra el cambio climático y la protección de la región amazónica.
«No hay seguridad climática en el mundo sin una Amazonia protegida», dijo en aquel momento.
De junio a octubre es la temporada de incendios forestales en Brasil. Normalmente, se talan primero los árboles y luego se incendian las zonas deforestadas para crear nuevos pastos y tierras de cultivo, por ejemplo para la soja.
Sin embargo, el objetivo declarado de Lula es acabar con la tala de la selva tropical para el año 2030. Se reconstruirán los órganos ambientales y de control debilitados bajo el mandato de Bolsonaro y se castigarán los delitos ambientales.
Al mismo tiempo, el nuevo jefe de Estado ofreció a las Naciones Unidas (ONU) acoger la Conferencia Mundial sobre el Clima de 2025 y celebrarla en la región amazónica. Lula nombró a la destacada conservacionista Marina Silva como ministra de Medio Ambiente.
Alemania quiere aprovechar la oportunidad que ofrece el cambio de Gobierno en Brasil. «Queremos una nueva alianza de cooperación con Brasil para salvar la selva tropical y contra la extinción de especies», dijo Lemke en Brasilia.
Steinmeier ya anunció que liberará 35 millones de euros (37,4 millones de dólares) para el Fondo Amazonia que mantuvo congelados durante la presidencia de Bolsonaro.
Además, el Gobierno germano duplicará los fondos destinados a la protección global de los bosques, que pasan de 1.000 a 2.000 millones de euros. El dinero también llegará a Sudamérica.